Viernes 18 de mayo de 2018, p. 5
El intenso e incesante sonar de las congas, timbales, bongoes, percusiones y metales de la Big Band de Roberto Delgado combinados con la cálida y potente voz del legendario cantautor Rubén Blades hicieron recordar los ritmos caribeños y afrocubanos de la salsa de todos los tiempos.
La noche del miércoles, el Metropólitan se vistió de lujo con los brillantes instrumentos de la gran orquesta y 28 músicos que ejecutaron bajo la guía del cantante panameño clásicos temas como Pedro Navaja, El cantante, Maestra vida, Juan Pachanga o la intensa y emotiva melodía Amor y control.
Durante casi tres horas, los cuerpos se contonearon con ritmo en los asientos a la espera, tal vez, de una luz verde para iniciar oficialmente el baile, aunque algunos, más aventajados, tomaron a su pareja de la mano e hicieron sus mejores pasos en los extremos del escenario.
Exuberantes mujeres en ajustados y cortos vestidos, así como algunos actores, comentaristas de televisión y políticos se dieron cita en el inmueble del Centro Histórico para deleitarse con uno de los músicos del mítico sello Fania All Stars, donde también confluyeron Willie Colón, Ray Barreto y Roberto Roena, entre otros.
Originalidad e impronta
Blades, habituado a compartir sus impresiones y anécdotas, no perdió su originalidad e hizo entre cada canción comentarios sobre su vida, trayectoria, amigos, familia, así como de algunas letras que se escucharon con su portentosa voz y el sello que lo ha convertido en referente de la salsa internacional.
Acompañado por grandes músicos, el cantante rechazó etiquetar a todos los mexicanos por el robo que sufrió la agrupación en Veracruz.
No vamos a juzgar al país por lo que nos pasó, porque esto sucede en todas partes. Estamos muy agradecidos de estar aquí y nuestra opinión no se modifica por lo sucedido.
El cantautor también ofreció la brillantez de su palabra y sus canciones-crónicas de la realidad
pusieron al público de pie. Blades alzó la voz y dijo a propósito de la canción Ligia Elena: Ojalá que algún día vivamos en una sociedad donde se juzgue a las personas por su aporte y no por el color de su piel o sexo
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