El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) detalló a la Comisión de Protección Civil de la Cámara de Diputados que los sismos de septiembre anterior provocaron modificaciones en el subsuelo en varias zonas de Puebla y Morelos, principalmente, lo cual genera incertidumbre sobre los efectos de nuevos movimientos telúricos en la región, pues podría generar más puntos vulnerables.

Durante el Foro internacional de protección civil y reducción de riesgos de desastre, realizado ayer en San Lázaro, el Cenapred detalló que el movimiento de las placas tectónicas generó reacomodo de la tierra.

El uso de sensores en distintas zonas del país ha facilitado la detección de las alteraciones referidas; sin embargo, es impredecible conocer sus efectos, por lo que podría ser peligroso en algunas zonas en las que la sismicidad era menor, explicó en entrevista Adán Pérez Utrera, presidente de la citada comisión legislativa.

En el foro se expuso que los fenómenos naturales de 2017 provocaron pérdidas por 470 mil millones de pesos, mientras la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que por cada peso invertido en prevención, se pueden generar ahorros hasta de siete pesos en reconstrucción.

En 30 años, 11 veces más daños

Las pérdidas económicas por desastres naturales aumentaron 11 veces en los 30 años anteriores, ante una tendencia que muestra que cada año aumenta la intensidad de los fenómenos, agregó Xavier Moya, coordinador del Prevención de Desastres en México del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Según datos expuestos por el coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, de 2013 a 2018 se emitieron 433 declaratorias de emergencia y se registraron 177 de desastres, lo que obligó a dar auxilio a más de 8.7 millones de personas en el país. Los ciudadanos pueden consultar los puntos de mayor riesgo sísmico u otros fenómenos naturales potenciales de desastre, en la página atlasnacionalderiesgos.gob.mx.

Al hacer un balance de los avances tecnológicos en materia de gestión integral de riesgos, el director general de Cenapred, Carlos Valdés González, dijo que el atlas ofrece además la posibilidad de simular escenarios de daños y emitir recomendaciones para la oportuna toma de decisiones, además de establecer efectivas medidas de prevención y mitigación, tanto para atender efectos de sismos, lluvia, huracanes u otros fenómenos.

Uno de los ejemplos, expuso el funcionario, fue una planta química, en la que, al colocarla como posible epicentro de desastre, genera un radio donde se aprecia las cantidad de viviendas y habitantes, escuelas o edificios públicos que pudieran verse afectados a su alrededor.

Por su parte, el director general del centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires), Juan Manuel Espinosa Aranda, explicó que con el uso de sensores y tecnología se pueden ubicar los puntos más vulnerables ante un temblor. Recalcó que la información del Cires es pública y la puede solicitar cualquier ciudadano para mejoras en las construcciones.