Recibe 50% de lo que recomiendan organizaciones mundiales
Martes 8 de mayo de 2018, p. 31
El sistema de salud mexicano necesita una restructuración, acompañada de mayores recursos presupuestales, pues en la actualidad sólo se destina a este sector 3 por ciento del producto interno bruto (PIB), que representa apenas la mitad de lo recomendado internacionalmente, señaló la Universidad Iberoamericana (Uia) Ciudad de México.
Al presentar su postura sobre los problemas en el sector salud y las preguntas que sobre este tema formulará en breve a los candidatos a la Presidencia, la casa de estudio, señala que esta restructuración implica caminar hacia un sistema universal, es decir, que el acceso a estos servicios no sea definido por que la persona cuente con un empleo.
En su posicionamiento, advierte que, a pesar de que en décadas recientes México ha logrado grandes avances en materia de salud, también se ha experimentado un repunte de los padecimientos crónico-degenerativos y de salud mental.
A ello se suma un importante proceso de envejecimiento poblacional que conduce a que cerca de uno de cada 10 mexicanos sea mayor de 60 años.
Asimismo, destaca que el gasto público en salud es insuficiente –alrededor de 3 por ciento del PIB, que es menor al monto de 6 por ciento recomendado por divesos organismos internacionales–, y a pesar de contar con el funcionamiento del denominado Seguro Popular.
Ante este panorama, la Uia plantea la restructuración y considera necesario buscar esquemas preventivos, tanto en el tema clínico como en el comunitario.
En el ámbito clínico se requiere de una reconstrucción de las formas y tiempos de atender a las personas, mientras que para la segunda área se necesita una reforma de políticas en salud e intervenciones comunitarias que impacten en temas epidemiológicos claves del país, como la obesidad, la llamada diabetes tipo 2, los problemas cardiovasculares, el cáncer y la salud mental, entre los que se vinculan a una mayor carga de enfermedades
, señala.
También considera que las intervenciones en salud requieren acuerdos políticos que conduzcan a su ejecución óptima y necesitan la minimización de los conflictos de intereses cuando industrias como la del cigarro, la fructosa, bebidas azucaradas o fórmulas lácteas, entre otras, impiden el cabal diseño, ejecución y vigilancia de éstas.
La Organización Mundial de la Salud establece que la salud debe estar presente en todas las políticas, ya que es un motor esencial para el desarrollo económico y es claro indicador de bienestar social.