Faltan unos días para que Rey Vargas defienda su título supergallo del CMB ante Azat Hovhannisyan –el sábado 12 en Nueva York– y la tensión abruma a su equipo. Pero no son asuntos relacionados con el combate lo que consume sus nervios, sino trámites administrativos y descuidos de la empresa que promueve al peleador mexicano, cuenta el entrenador Ignacio Beristáin.

La empresa no piensa en el daño que hace al peleador, explica; apenas anoche (sábado) le entregaron la visa, todavía no sabemos a qué hora vamos a viajar el lunes, y tenemos que llegar a hacer exámenes, preparar entrenamientos y trabajar para dar el peso. Eso es demasiado estrés para el equipo y sobre todo para el boxeador.

Beristáin explica la desventaja que significa estar presionado en asuntos que deberían estar resueltos con anticipación y sin afectar la concentración del boxeador.

“Mientras el rival está prácticamente en casa, con su espacio de entrenamiento bien definido y concentrado en dar el peso –explica Beristáin–, nosotros llegamos corriendo, tenemos que ver cómo resolver los requisitos y sin descuidar el peso de Rey; es muy desgastante trabajar así.”

Ese mismo sábado se celebrará una de las peleas más esperadas del momento, la estrella ucrania Vasyl Lomachenko contra el venezolano Jorge Linares. Un acontecimiento que para algunos podría opacar la función de Vargas.

Rey es muy sensible a lo que pasa alrededor, considera su entrenador; piensa que le van a robar atención, pero debe entender que su trabajo es independiente de todo lo que ocurra afuera. Un boxeador debe concentrarse en lo suyo sin importar si a unas cuadras pelea Muhammad Ali.

Vargas recuerda que hace un año su primera defensa fue la misma noche de la función que protagonizaron Floyd Mayweather y el artemarcialista Conor McGregor. Una coincidencia molesta para el mexicano, quien considera que aquel espectáculo, que calificó en su momento de ser una farsa, le dejó sin oportunidades de conquistar la atención del público.

No estoy de acuerdo en que le haya quitado audiencia, nosotros fuimos a hacer lo nuestro, ganamos; estábamos en el respaldo de la pelea de Miguel Cotto, fue un éxito la función. No hubo interferencia de la pelea de Mayweather y McGregor con la nuestra.