Los cultivos se pueden volver nocivos para el consumo, advierte
Viernes 4 de mayo de 2018, p. 35
La contaminación de suelos plantea un serio desafío para la productividad agrícola, la seguridad alimentaria y la salud humana, pero se sabe muy poco sobre la escala y la gravedad de las amenazas, advierte un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La contaminación de suelos a menudo no puede percibirse ni evaluarse directamente y afecta a la seguridad alimentaria, al dificultar el metabolismo de las plantas y al reducir los rendimientos agrícolas, haciendo además que los cultivos sean nocivos para el consumo.
El suelo puede representar un riesgo por contener elementos peligrosos, como arsénico, plomo y cadmio; productos químicos orgánicos como BPC (bifenilos policlorados) y HAP (hidrocarburos aromáticos policíclicos) o sustancias farmacéuticas, como antibióticos o disruptores endócrinos.
La industrialización, las guerras, la minería y la intensificación de la agricultura han contaminado los suelos, mientras que el crecimiento de las ciudades ha tenido como consecuencia que se utilice como depósito de cantidades cada día mayores de desechos urbanos, se asegura en el informe La contaminación del suelo: una realidad oculta.
La FAO recomienda a los gobiernos que implementen regulaciones sobre la contaminación de los suelos y limiten la acumulación de contaminantes más allá de los niveles establecidos para garantizar la salud, así como alimentos seguros. También los insta a que faciliten la remediación de los suelos que sean contaminados por diversas industrias.
Dice que es esencial limitar la contaminación proveniente de fuentes agrícolas mediante la implementación global de prácticas sostenibles de gestión del suelo.
La remediación de superficies contaminadas es esencial, y la investigación desarrolla nuevos métodos de remediación basados en la ciencia, establece el análisis.
Los métodos para mantener suelos limpios son cada vez más costosos, como la inactivación química, y por ello están siendo remplazados por métodos biológicos basados en la ciencia, como la degradación microbiana mejorada o la denominada fitorremediación.
La contaminación de los suelos afecta a la comida, el agua, el aire y la salud de los ecosistemas.
En Australia se estima que existen unos 80 mil emplazamientos que sufren contaminación del suelo. China ha clasificado 16 por ciento de todos sus suelos –y 19 de su superficie agrícola–, como contaminados. Hay unos 3 millones de lugares afectados por los agentes contaminantes en la zona económica europea y en los Balcanes occidentales. En Estados Unidos, mil 300 localidades aparecen en la lista de prioridades nacionales, porque sufren un elevado índice de polución, según reconocen sus autoridades.
En México entre 1995 y 2013 se tenía identificados 587 sitios contaminados. Para ese año las entidades con mayor presencia de sitios identificados como atentados fueron Veracruz (69 localidades), Querétaro (58), Guanajuato (48), Colima (38) estado de México (36), Michoacán (34) y Aguascalientes (31).
En 2015, Año Internacional de los Suelos, el Inventario Nacional Forestal y de Suelos de la Comisión Nacional Forestal reportaba que 45.2 por ciento de la superficie de México presentaba algún tipo de degradación inducida por el ser humano.