La esclavitud no se ha acabado y estamos peor que en el porfiriato, considera el dramaturgo Jaime Chabaud, autor de Yanga, obra de teatro que será estrenada el 10 de mayo en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.

El autor recupera la gesta del personaje Gaspar Yanga, el líder negro que en 1612 logró que la corona española y el gobierno virreinal otorgaran un territorio libre a los cimarrones en Veracruz, donde fundaron el pueblo de San Lorenzo de los Negros, que ahora lleva el nombre de ese dirigente rebelde.

Múltiples formas de sometimiento

Yanga implica hablar de esclavitud, la que existió y la que existe, y de esa tercera raíz menospreciada y olvidada: la de los afrodescendientes, sostienen en entrevista Chabaud y la directora de la puesta en escena, Alicia Martínez Álvarez.

La esclavitud no se ha acabado, subraya el dramaturgo e investigador teatral. “No hay más que salir a cualquier crucero de esta ciudad, ir a fábricas donde hay mano de obra infantil esclava, darte cuenta en las calles de cómo existen esclavos. La esclavitud está a tope, está la esclavitud sexual y muchos otras formas que siguen existiendo en este país de manera artera: la trata de blancas, la explotación de los niños, un campesino que gana 700 pesos a la semana empleado por una gran comercializadora de productos agrícolas gringa, con jornadas de 12 horas. Estamos peor que en el porfiriato.

Además vivimos esclavos; no somos dueños de nuestro tiempo: sobrevivimos; el capitalismo salvaje nos lleva a pensar que mientras tengamos bienes de consumo seremos libres y es lo contrario. Estamos esclavizados y no sabemos vivir, ya no convivimos, o somos esclavos de la tecnología. Económicamente nos han hecho creer que los bienes de consumo son lo que nos darán felicidad, y creo que es todo lo contrario; y estamos tristemente esclavizados, el aparatito, el iPad, el teléfono, lo que sea, o a conseguir un automóvil mejor.

Rebeldía cimarrona

La obra Yanga, prosigue Chabaud, “nos recuerda que tenemos una tercera raíz aparentemente olvidada, pero no es así, sin duda esa negritud que vivimos todavía con mucha claridad en las costas de nuestro país, particularmente Veracruz. Yanga hoy es un pueblo y un municipio fundado en la Colonia como San Lorenzo de los Negros, en ese estado.

“Nuestro Yanga, nuestra historia, habla en efecto de un caudillo, de un afrodescendiente, esclavo que tuvo la capacidad de hacer palizadas, lo que en aquel momento se llamaban palenques, donde se refugiaban los cimarrones, esclavos que se rebelaban. Así lograron mantener su cultura, reproducirse con libertad; trataban de encontrar ese paraíso de donde ellos venían y del cual habían sido sacados, y digo paraíso porque finalmente eran libres y fueron traídos con violencia.

“Yanga –retoma Martínez Álvarez– nos recuerda que en México la esclavitud fue en un momento un abuso, una violencia, contra africanos traídos en barcos, a la fuerza; y nos habla también de esta rebeldía cimarrona, de esta capacidad de organizarse y Jaime denuncia descarnadamente los usos y costumbres que existían para someter a los esclavos, para maltratarlos, con violencia extrema.”

También alude a que seguimos siendo una sociedad clasista y racista, añade la directora. “Yanga probablemente nos haga ver y entender que estos gestos tan racistas, tan clasistas, tan mexicanos –desgraciadamente– quizás tengan su origen en esta parte de nuestra historia”.

En ese montaje, que recibe apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, participan Marisol Castillo, Diego Garza, Jesús Delgado, Jorge de los Reyes, Fabrina Melón y Esteban Caicedo.

Yanga se estrenará el próximo jueves y concluirá temporada el 24 de junio en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque (Reforma y Campo Marte, Bosque de Chapultepec).

Las funciones son jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18 horas. Es una coproducción de Mulato Teatro, la Coordinación Nacional de Teatro y la Secretaría de Cultura de Guerrero.