Entre la eliminación del ascenso y simulaciones naufraga el futbol mexicano
a Federación Mexicana de Futbol es el caos. La casa está de cabeza o, mejor dicho, acéfala. Decio de María, tras haber renunciado, se alza de hombros y se concentra en hacer maletas rumbo a Rusia, su máximo logro. Yon de Luisa aún no entra al relevo, aunque intenta aparecer. Los dueños aplauden, era lo que querían: no hay ascenso y, billetes de por medio, tampoco descenso.
Tapachula y Alebrijes, recientes campeones de la Liga de Plata, no podrán subir al máximo circuito, a pesar de sus esfuerzos por cumplir con el exigente cuaderno de requisitos, el cual, irónicamente, no aplica para la Copa Mx (el invento de Decio); en ella no hay reparos para que equipos taquilleros como América, Chivas, Pumas y Cruz Azul visiten las desdeñadas plazas.
Los federativos se rasgan las vestiduras en temas banales; se investigó y sancionó de oficio
una mentada de madre lanzada por Rodolfo Pizarro, pero no castigan a Miguel Piojo Herrera por decir frente a niños –quienes acudieron al entrenamiento en Coapa con motivo de su día– que al jugador rojiblanco le faltaron güevitos
. Peor aún, el silbante Adalid Maganda lanza graves acusaciones de racismo a la Comisión de Arbitraje y nadie reacciona.
Acorde con lo anterior, la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales (AMFpro) dejó la impresión de que armó un teatro: con la instrucción y bendición de federativos y dueños se organizó el gremio (asociación, no sindicato). Había que darle cuerda a los cabecillas para simular una feroz lucha con estira y afloja incluido. Amenaza de paro y rebeldía de seleccionados.
En un santiamén, cosa de dos sentadas, ocurrió el milagro: los empresarios, representados por apenas unos cuantos, entraron en razón y ¡grilletes al aire!, el satanizado pacto de caballeros y el tianguis de piernas se esfumaron. Pero hay que darle cuerpo al montaje, se precisa un reglamento, de esos desechables. Bien sabe el malicioso Luis Matador Hernández que los dueños tienen mil formas para negociar por debajo de la mesa.
La promesa de que habrá más tiempo para que los mexicanos se contraten no arranca ni una loa. Un logro legítimo sería presionar para disminuir el número de foráneos y entonces habrá sitio para los nacionales. Después de que los propietarios inventaron la norma 10/8, siguió la 9/9, y tocaba este año ocho foráneos por 10 mexicanos, pero está en suspenso.
Los de pantalón largo están felices, consideran haberse lavado la cara ante el mundo del balompié. Soterrado quedó el tianguis de piernas y el pacto. Se sienten impolutos, rechinando de limpios, como para recibir una estrellita en la frente, o, mejor dicho, la sede de la Copa del Mundo 2026, bien cogidos de las manos con Estados Unidos y Canadá.
La asociación celebra su presunto logro, pero será en mayo (los caballeros primero; las damas, después) cuando aborden por fin la retabulación salarial de las futbolistas, quienes han sobrevivido tan sólo de aplausos durante los dos primeros ensayos hacia la profesionalización. Unas pocas desertaron en el camino, imposible subsistir con el infame tope salarial de 2 mil 500 pesos mensuales.
Rayadas y Tigrillas luchan por el nuevo título femenil que desbancará a las Chivas; lo hicieron en un partido colorido, con estadio pletórico que registró récord mundial de asistencia: más de 38 mil fanáticos acudieron a apoyarlas en el Volcán. El punto negro resultó de nuevo el arbitraje.
A muchos la ecuación no les sale. Si el Toronto FC venció a los poderosos equipos Tigres y América –de los que más invierten en refuerzos–, y las Chivas dieron cuenta de los canadienses, luego entonces el Guadalajara es superior a los felinos y a las Águilas. Tal lógica perturbó a más de uno. A los amarillos de plano los deprimió.
El Piojo Herrera, hasta hace poco el más señalado para suplir a Juan Carlos Osorio, fue desplazado por Matías Almeyda, quien hizo graduar en esta justa a Jesús Godínez, e incluso regresó al redil a Javier Chofis López, a pesar de que usa la pierna diestra tan sólo para caminar.
La liguilla está lista. El Toluca buscará ahuyentar al fantasma del superlíder ante Morelia, El clásico América contra Pumas roba reflectores, mientras los norteños se eliminarán entre sí: Monterrey ante Xolos y Santos frente a unos Tigres que lucharán por retener el cetro.