Nueva York.

Decenas de miles de maestros inundaron de rojo las calles de Arizona y Colorado, como parte de la ola insurgente de docentes que ha atravesado al país por varios estados bajo control republicano para exigir alzas salariales e incrementos en el presupuesto para la educación pública.

Unos 50 mil integrantes del movimiento bautizado #Red4Ed (Rojo por la educación), la mayoría vestidos con camisetas rojas, marcharon por el centro y se concentraron frente al capitolio estatal en Phoenix, cerrando casi todas las escuelas públicas del estado en una acción que no tiene precedente.

No creo que una maestra deba estar obligada a tener dos chambas para sobrevivir, comentó Chela Garcia-Glen al Arizona Republic. Pero las demandas no son sólo para elevar los salarios, que están entre los más bajos de todas las entidades del país, sino para recuperar los niveles de inversión pública en la educación, que se han desplomado desde la gran recesión de 2008-09 por todo el país.

Se compartieron innumerables historias de cómo maestros no sólo no ganan lo suficiente para mantener a sus familias, sino que compran artículos y materiales escolares para sus alumnos y sus clases con recursos propios, son obligados a usar libros de texto desechos y enseñan en instalaciones severamente deterioradas.

Estas acciones gozan de un amplio apoyo de estudiantes, padres de familia y organizaciones comunitarias que denuncian los recortes draconianos que se impusieron a la educación pública como sacrificio para poder reducir impuestos por parte de gobiernos estatales controlados por republicanos conservadores, como el de Arizona.

“Hoy se recordará como el día que dijimos ‘basta’. Estamos en esto juntos, y seremos los que llevaremos a cabo el cambio”, declaró ante la manifestación Noah Karvalis, uno de los organizadores de #Red4Ed.

En Arizona, casi 45 por ciento de los estudiantes en las escuelas públicas son latinos, lo cual revela otra cara de la discriminacion exhibida mediante políticas que buscan reducir programas que benefician y apoyan a este sector en un estado que se ha destacado por ser vanguardia en medidas antimigrantes.

Siempre ha sido un tema de derechos civiles para los latinos, al igual que el tema migratorio. Pienso que lo que los maestros están haciendo con su huelga es clarificar esos temas, y le dan un perfil que no tenía antes, afirmó el representante federal de Arizona Raúl Grijalva a The Guardian.

El gobernador Doug Ducey había prometido incrementar los salarios 20 por ciento a lo largo de los próximos tres años para tratar de frenar el paro histórico de este jueves, pero los maestros declararon que eso no era suficiente, ya que la otra demanda era elevar el gasto público en educación.

En Colorado, miles de maestros –junto con estudiantes y padres de familia– también se congregaron ante el capitolio estatal, en Denver, con las mismas exigencias, y en por lo menos 27 distritos no hubo clases. Líderes del sindicato estatal señalaron que aunque Colorado es más liberal que los otros estados donde se han dado estas protestas, a causa de políticas fiscales se ha reducido el gasto en educación a tal nivel que la mitad de los distritos escolares se han visto obligados a reducir la semana escolar a sólo cuatro días.

En ambos estados, los maestros y sus simpatizantes anunciaron que esta movilización continuará por segundo día este viernes, y no se sabe por ahora cuánto tiempo puedan durar estos paros.

Las acciones de este jueves son parte de una ola sin precedente de movilizaciones del magisterio que estallaron primero en West Virginia y continuaron por Kentucky y Oklahoma con estas mismas exigencias y en acciones que han sido organizadas por las bases, a veces en contra de las recomendaciones de su liderazgo sindical.

Los maestros y sus aliados repitieron: estamos educando el futuro.