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Esa escultura mexica única es la pieza estelar de la exposición que hoy se abre en el Nacional de Antropología

Xochipilli, germen de vida, va al museo
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Aspectos de Xochipilli, el señor de las flores, labrado en piedra volcánica, sentado en su pedestal. Con esta escultura se inicia la exposición montada en el recinto de Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec. Esa muestra se inscribe en la iniciativa de largo aliento Una pieza una cultura, explica en entrevista con La Jornada la curadora Pilar CuairánFoto Sergio Antonio Ortiz/ MNA/ INAH
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de abril de 2018, p. 2

A las faldas del volcán Iztac-cíhuatl germinó un príncipe. Proviene del inframundo y está semidesnudo, de su piel salen flores. Porta una máscara, las manos están rotas, quizás ha extraviado su cetro o un ramillete o corazones ensangrentados para halagar al Sol.

Es Xochipilli, el señor de las flores, labrado en piedra volcánica, escultura mexica única que protagoniza la tercera exposición temporal de la serie Una pieza una cultura, ciclo de largo aliento en el Museo Nacional de Antropología.

La muestra, que hoy se inaugura, se inicia con una visión panorámica de la Cuenca de México como era hace más de 500 años, con sus lagos, montañas y nítidos volcanes, imágenes basadas en el mural de Luis Covarrubias La isla de México en el siglo XVI, que se encuentra en la sala Mexica del recinto, a un lado de la maqueta de la Gran Tenochtitlán.

La identidad mexica está formada por la unión de muchos pueblos

Al admirar los cuatro puntos cardinales de ese territorio antiguo, el público se dará cuenta de que la identidad mexica está formada por la unión de muchos pueblos; hay pluralidad. Cada región aportaba sus productos, sus paisajes, sus costumbres. Lo mexica no es el centralismo, queremos transformar la noción de imperio por una idea de diversidad, explica a La Jornada Pilar Cuairán, curadora de la exposición.

Enseguida aparece Xochipilli, en un espectacular montaje que permite apreciar cada ángulo, la textura e incluso restos de sus pigmentos originales: rojo, ocre y blanco.

Prácticamente toda la escultura estaba cubierta de rojo, el color de los dioses solares. En uno de los muros laterales presentamos además un cortometraje original para que los visitantes encuentren pistas para identificar otras piezas en su recorrido por el museo, mediante personajes inspirados en los códices, añade la especialista.

Las imágenes de la proyección evocan símbolos de la cosmogonía mexica, como la dualidad: el día y la noche, lo masculino y lo femenino, el Sol y la Luna, la muerte y la vida, cuyo clímax es el nacimiento de Xochipilli, el dios de las flores, producto de la unión de los atributos del Sol (el calor, la luz, la vida) con los de la Tierra (la humedad, la oscuridad, la muerte), donde todo se regenera.

Guion integral de accesibilidad para personas con discapacidades

La muestra Xochipilli: dios de las flores, como la anterior del ciclo. dedicada a la cultura huichol, cuenta con guion integral de accesibilidad para personas con discapacidad, adelanta Pilar Cuairán. Se trata, explica, de “un programa pionero que se ha ido implementando de manera muy intuitiva, porque no existe en el país una estructuración de los requerimientos de accesibilidad para museos.

“Por eso, nuestras exposiciones temporales han funcionado como un laboratorio, donde implementamos estrategias nuevas. Invitamos a grupos específicos para hacer visitas especiales y con eso evaluamos qué tal funcionan los recursos e implementamos cosas nuevas.

“En esta vez habrá audiorrecorridos para invidentes o débiles visuales, porque si bien el lenguaje braille siempre está integrado, no muchas personas tienen conocimiento de ese sistema que es complejo. Resulta mucho

más personalizado y sensorial que se les guíe con audiodescripciones por los espacios que van sintiendo en la exposición”, detalla Pilar Cuairán.

Los recursos digitales e interactivos propician que el público disfrute la muestra con todos los sentidos, pues también se brinda la oportunidad de conocer el olor de algunas de las flores que cubren a la deidad, además de aprender acerca de su significado.

En la creación de los contenidos arqueobotánicos participaron Bertina Olmedo, curadora de la sala Mexica y Aurora Montúfar, quien elaboró una propuesta de lectura de todos los elementos vegetales relacionados con la escultura.

“Las flores se usaban no sólo como ornamento, sino como ofrenda a los dioses; por ejemplo, algunas plantas que por sus propiedades sicoactivas producían un trance para comunicarse con las deidades, como el toloache o el ololiuhqui, o flores que eran muy valoradas por su fragancia, como la magnolia o el nardo.

“Presentamos también una reproducción de la pieza para que las personas, sobre todo los niños, la puedan tocar, así como reproducciones en piedra de las flores que están en la escultura, para que sientan la textura original.

Xochipilli transmite mucha emoción por su belleza, es un hombre joven, sentado en una posición contemplativa, sereno, relajado. Sentado en su trono o pedestal, con un tocado de plumas, inspira al mismo tiempo frescura. Es una escultura exquisita en su acabado. Las flores están sobre su piel en señal de que de él mismo germina la vida, concluye la curadora Pilar Cuairán.

La exposición Xochipilli: dios de las flores, montada en la sala de exposiciones temporales del Museo Nacional de Antropología (Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec), concluirá a finales de julio. Todos los contenidos de multimedia se subirán a Internet, donde quedarán de manera permanente.