El representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, lamentó que en el discurso oficial las autoridades mexicanas sigan negando la existencia de la tortura en el país, cuando es una práctica dramática y terrible que existe, como lo han documentado organismos internacionales.

Anoche, al participar en la presentación del Manual para la defensa de víctimas de tortura, elaborado por el Instituto de Justicia Procesal Penal y otras organizaciones, el funcionario internacional señaló que esta práctica genera grandes daños, destruye familias enteras y deshumaniza a torturadores y sociedad.

Calificó a la impunidad y la falta de investigación como los principales problemas de la persistencia de la tortura en México, a lo que se debe sumar la falta de prevención.

Y es que existen contradicciones en esta materia. Por un lado hay avances jurídicos importantes y una buena ley de prevención de ese delito, pero, por el otro, en el discurso oficial se sigue negando la existencia de tortura en México, además que hay una aceptación social de que si se usa contra personas presuntamente ligadas a la actividad criminal, no hay problema porque sean sometidas a esta práctica.

La ley en la materia incorpora los más altos estándares internacionales, pero los tiempos para su implementación se han vencido, por lo que no hay avances en su cumplimiento.

Además, siguen persistiendo figuras como el arraigo y la prisión preventiva oficiosa, las cuales violentan los derechos humanos y pueden conducir a la tortura, subrayó.

Enfatizó que no es imposible erradicarla, pues muchos países la han abatido.