Río de Janeiro.

El ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), quien cumple una condena de 12 años y un mes por corrupción pasiva y lavado de dinero, autorizó al Partido de los Trabajadores (PT) para revaluar si mantiene su candidatura a las elecciones presidenciales del 7 octubre, aunque la agrupación política cerró filas con él.

Quiero que ustedes se sientan totalmente libres para tomar cualquier decisión porque 2018 es muy importante para el PT, para la izquierda, para la democracia y para mí, quiero mi libertad, escribió Lula en una carta que leyó la presidenta del partido, Gleisi Hoffmann, la noche del lunes durante una reunión de la organización política a puerta cerrada.

Hay insinuaciones de que si no fuera candidato, de que si los focos no estuvieran sobre mí, de que si no hablo contra la condena, será más fácil la votación a mi favor en el Supremo Tribunal Federal. Querida Gleisi, la máxima instancia de justicia no tiene que absolverme porque soy candidato o porque me voy a portar bien. Tiene que votar en favor porque soy inocente y también porque debe recuperar su papel constitucional, leyó Hoffmann.

Lula, de 72 años, también dijo sentirse feliz con los resultados de la más reciente encuesta de Datafolha, que aún lo coloca a la cabeza de la carrera presidencial con 31 por ciento de intención de voto, pese a su encarcelamiento. Le sigue el diputado de ultraderecha Jair Bolsonaro con 15 puntos.

Fernando Haddad, ex alcalde de Sao Paulo, o Jaques Wagner, ex gobernador de Bahía, suenan como posibles remplazos de Lula, pero no superan 2 por ciento de intención de voto, de acuerdo con el estudio.

¡El pueblo quiere a Lula libre. Lula presidente! No hay plan B, porque es inocente, afirmó Hoffman, y aseguró que la candidatura se aprobará en una convención nacional y se registrará ante el tribunal electoral el 15 de agosto.

Horas antes, la superintendencia de la policía federal de Curitiba, en el estado de Paraná, solicitó a la juez Carolina Lebbos, encargada de las ejecuciones penales, el traslado del líder político a un establecimiento carcelario adecuado para el cumplimiento de la pena impuesta, informó el diario Folha de Sao Paulo.

Los policías se quejan de que la presencia de Lula en la prisión alteró la rutina de trabajo y aumentó los gastos, en una perspectiva de aproximadamente 86 mil 400 dólares para pagar horas extras de algunos agentes y el desplazamiento de policías de otras regiones para reforzar la seguridad.

Lula está preso en un cuarto de 15 metros cuadrados, con baño propio y una televisión. La justicia lo condenó sin pruebas.