Parte de la comunidad del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), docentes y administrativos, expresan su descontento con la dirección de María del Carmen de Lara Rangel, quien tiene sumergida en un ambiente de terror, corrupción, discriminación y crisis a esa dependencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los inconformes, que piden el anonimato por temor a seguras represalias, entregaron a La Jornada documentos de la Plataforma Nacional de Transparencia con números de folio 6430000026417, 6430000030317 y 6430000038017, que dan cuenta de que De Lara Rangel detenta en la actualidad, indebidamente, dos plazas de tiempo completo: una de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco (UAM-X) de técnico académico titular, nivel E, definitiva, adscrita a la División de Ciencias Sociales y de Comunicación, y otra de profesora de carrera titular A de tiempo completo, en realización de documental en el CUEC, en la UNAM, autorizada por el consejo asesor de ese centro.

Esta redacción intentó concertar una entrevista con De Lara Rangel; tras dos semanas de insistir con su asistente personal, Nancy Mena, y con Mauricio Ochoa, responsable de Extensión Académica, respondieron: el 16 de mayo agendarían la entrevista, después del anuncio de las celebraciones del 55 aniversario del CUEC.

Algunas de las inconformidades

Respecto de los señalamientos, los inconformes relatan: El 13 de mayo de 2015, De Lara fue nombrada directora del CUEC, pero no fue sino hasta el 30 de junio del mismo año que entró en vigor la licencia sin goce de sueldo por un año que solicitó a las autoridades en la UAM-X, donde se desempeñaba como técnica académica de tiempo completo. La directora del CUEC cobró salario en esa institución sin trabajar durante tres quincenas, según los documentos oficiales mencionados.

“Después, entre el primero de julio de 2016 y el 30 de junio de 2017 cobró la mayor parte de su salario como académica de la UAM-X, al mismo tiempo que devengaba su sueldo como directora del CUEC, ya que obtuvo de aquella institución una licencia de tiempo parcial para ese periodo, que tan sólo le permitía ausentarse de ella nueve horas a la semana, cuando es público que su trabajo como directora del CUEC y el compromiso institucional contraído son de tiempo completo. Por otra parte, en las dos solicitudes de licencia consecutivas que De Lara gestionó ante autoridades de la UAM adujo ‘motivos personales’, cuando el verdadero motivo para ausentarse de esa institución respondía a que se convirtió en funcionaria pública adscrita a la UNAM”.

En las actas, cuya copia tiene La Jornada, se registra cómo el consejo asesor del CUEC dio la segunda plaza a De Lara Rangel. Los inconformes señalan que para otorgársela el consejo asesor relegó a más de 10 docentes con más antigüedad y méritos académicos, que aspiran legítimamente a concursar por una plaza de tiempo completo, y desestimó que en ese momento había dos profesores de realización documental de tiempo completo, lo que hacía innecesaria la creación de una nueva plaza para esa asignatura.

Red de informantes

Mencionaron que en esta crisis De Lara ha formado una red de informantes con funcionarios y allegados a la dirección, encabezada por el secretario técnico, Enrique Ojeda Castol, y su asistente, Daniel Arteaga. Esta “red –aseguran los inconformes– hace recomendaciones sobre las reuniones que mantiene el personal crítico a la dirección y comunica amenazas veladas a los que hablan con quienes no deben”. A su vez, señalan que el circuito cerrado de cámaras de vigilancia instalado por la actual administración es para vigilar a miembros de la comunidad que no son del agrado de la directora.

Los inconformes consideran que estas prácticas violan los artículos 6, 7, 9 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y el artículo 2 del Estatuto General de la UNAM.

Otra de las inconformidades de los quejosos es que De Lara no invitó a los profesores que no son de su agrado a la visita de Alfonso Cuarón al CUEC, el 25 de octubre pasado.

El 22 de marzo de 2017, en entrevista con este diario, De Lara Rangel informó que en pocos meses el CUEC se convertiría en Escuela Nacional de Cinematografía; a más de un año del anuncio la comunidad del centro carece de información al respecto.

Burocracia

El personal docente y administrativo inconforme dice a La Jornada que hay sospechas de que De Lara Rangel retrasa ese proceso, porque dejaría de ser directora del CUEC y tendría que contender con otros para dirigirlo. Asimismo, sostienen que la burocracia y la planta docente del CUEC han crecido a niveles históricos. Hay evidencia de que De Lara ha contratado a un número considerable de profesores allegados a ella, al grado de que el número de docentes es casi igual al de alumnos. La cantidad de profesores y administrativos supera el número de alumnos inscritos.

Consideran que la administración del CUEC va a contracorriente de las prácticas académico-administrativas de la UNAM: Redujo caprichosa y considerablemente la matrícula en la licenciatura y maestría en cine documental; en ésta suprimió en la práctica el carácter interdisciplinario de su programa; despidió a académicos, entre ellos dos docentes de investigación reconocidos y con doctorado, y a académicos de otras instituciones. La aversión de la administración del CUEC hacia los estudios de posgrado es tal que los alumnos de la maestría en cine documental se quejan de trato discriminatorio.

Aseguran también que la producción del documental Rita, opera prima, de Arturo Díaz Santana, “ha pasado por diversos conflictos derivados de que la directora del CUEC decidió cobrarle servicios –algo inédito–, como la oficina que ocupaba la producción en el mismo centro”. Esta redacción consultó la información con Díaz Santana y la confirmó; no ahondó, porque el conflicto aún no se resuelve, dijo.

Parte importante de la comunidad anhela tener otra dirección en su centro universitario.