José Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México (PRI-PVEM-Panal) dedicó su agenda de ayer a prepararse para el debate de aspirantes a la Presidencia de la República.

A las 2 de la tarde acudió al Palacio de Minería acompañado por un grupo de colaboradores y asesores para realizar las pruebas de luz y audio, así como para conocer el sitio que se le asignó en lo que será su primera experiencia en encuentros de este tipo.

Él es el candidato dos y está en el segundo lugar. Si lo ven de frente, pues está en el segundo lugar (la primera es Margarita Zavala), explicó Mariana Benítez, una de las voceras del equipo de campaña.

Una persona del grupo organizador del debate relató algunos de los requerimientos de los participantes:

Antonio Meade no pidió nada raro. Más bien hizo muchas preguntas acerca del formato, de qué pasaría con el manejo del tiempo, si pasa esto o aquello con alguna interrupción o con el moderador. En el ensayo, con preguntas ficticias, respondió que era más fácil evitar el cierre del estadio Azul a que gane el Cruz Azul. Todo muy relajado, la verdad.

El candidato llegó a pie al sitio, procedente de la calle Donceles para cruzar Tacuba. En seguida fue reconocido por algunos transeúntes, en una de las calles más concurridas del Centro Histórico.

Allí recibió expresiones de apoyo de quienes pudieron saludarlo, exponerle propuestas y hasta tomarse fotografías, mientras dos mujeres lanzaban gritos en favor de Andrés Manuel López Obrador, de Morena. La llevas de perder, dijo una.

El candidato no perdió la sonrisa y atendió a otra mujer que le pidió hablar en el debate acerca del sistema de pensiones. Manejo pensiones en mi empresa, Inbursa, indicó.

Meade Kuribreña le respondió que es un tema bien importante. Yo trabajé en la Consar, me tocó echarla a andar en 1997, respondió a Verónica Galván, quien insistió en que es importante asegurar para los jóvenes el tema de las pensiones.

En la esquina de Minería un grupo de rock interpretaba Love me two times, de The Doors.

Entre la música resaltó lo mismo un ¡Felicidades, señor! que ¡No queremos más PRI!

Atrás de los reporteros, tres adolescentes trataban de identificar al personaje.

–¿Sabes quién es? –preguntó uno.

–Sí, Meade, el del PRI y Nueva Alianza –respondió el otro.

Luesgo de la sesión de una hora, de reconocimiento del set para el debate, así como de los detalles de manejo de cámaras, monitores y hasta el sitio donde van a poner la botella de agua y sus papeles, Benítez precisó que entre los 50 invitados a los que tiene derecho Meade, se encuentran líderes de los tres partidos que lo postulan, así como integrantes de su equipo y coordinadores de campaña.

Las cinco personas con acreditación para entrar al set y camerinos serán su papá, su esposa y su hermano, así como Francisco Guerrero, vicecoordinador de estrategia de la campaña, y su secretario particular, Antonio Rojas.

De las expresiones emitidas al paso del candidato, Benítez comentó que podrían ser provocadas. Es decir, tan puede ser legítimo que la gente se le acerque, así como se le acerca y muestra su apoyo y hay quien le deseó muy buena suerte en el debate y eso fue muy bien recibido.