¿Y ahora qué?
l final de 2017 había incertidumbre respecto del resultado de la elección presidencial. Conforme han transcurrido los primeros meses de este año, AMLO se ha convertido en el puntero y hoy tiene, según las encuestas, una ventaja sobre su más cercano competidor de 15 o 20 puntos. En el mercado de apuestas AMLO tiene 65 por ciento de probabilidades de ganar, Meade 25 y Anaya 13 (https://www.predictit.org/). Hay indicios de que su candidatura ha crecido en la región norte-centro del país. Los mítines en ciudades donde obtuvo baja votación en los dos anteriores procesos atraen hoy a multitudes. También está muy alto el convencimiento en la opinión popular que él puede ganar las elecciones. Pero no podemos negar que grupos y sectores importantes están dispuestos a no dejarlo pasar
. Es interesante imaginar dos escenarios distintos:
1. Pronóstico sobre el colapso de AMLO: Andrés ha sido el más duro opositor del sistema político vigente. Encarna un grave problema. El PRI, el PAN y ahora el PRD, representan a una parte de la sociedad muy conservadora que no quiere el cambio. En mis recorridos por cantinas, piqueras y cafetines he oído que el sistema
intentará destruir a AMLO desde el primer debate de hoy en la noche. Las encuestas, controladas en su mayoría por el gobierno, van a mostrar una caída progresiva después de cada encuentro hasta que la derrota del ex jefe político de lo que fue el DF sea creíble. Se suscitarán conflictos y juicios. Sabemos que el Tribunal Electoral puede afrontar incluso la ignominia con tal de plegarse al gobierno y a sus aliados. Estos organizarán un ataque al que se sumarán todos los partidos, ONG, líderes de opinión, etcétera, quienes se identifican con el statu quo y se oponen a un cambio en serio. Piensan que el pueblo aceptará los hechos y se replegará como lo ha hecho tantas veces.
2. Final alternativo: AMLO ha continuado subiendo en las últimas semanas y es probable que los indecisos (20 por ciento, aproximadamente) en forma mayoritaria se inclinarán por él, lo que puede darle un voto de más de 50 por ciento. Si se consolida esta ventaja, un intento de fraude o manipulación se volverían muy peligrosos. Si los grupos que han robado dos veces la presidencia hacen un cálculo de riesgo, quizás prefieran aceptar el triunfo del tabasqueño y luego organizar la resistencia. De triunfar el obradorismo se abrirían las puertas para un nuevo ensayo de alternancia y habría un proyecto nacional nuevo y distinto. Si gana AMLO la presidencia tendrá que hacer un esfuerzo titánico para gobernar e impulsar el cambio, en realidad la parte más difícil del asunto empezaría a partir del 1o de diciembre de 2018.
Twitter: @ortizpinchetti