Es la cuarta vez al hilo que obtiene el título, proeza lograda por el Athletic de Bilbao en los 30
El capitán Iniesta, tal vez en su última final con el Barcelona, marca maravilla de gol
Domingo 22 de abril de 2018, p. a14
Madrid.
El Barcelona celebró un título y una goleada reparadora al aplastar 5-0 al Sevilla en la final de la Copa del Rey del futbol español, disputada en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.
Con un doblete de Luis Suárez (14 y 40 minutos) y goles de Lionel Messi (31), Andrés Iniesta (52) y Coutinho (69, de penal), el club azulgrana alzó el trigésimo trofeo de Copa de su historia y quedó a un paso de cerrar la temporada con un meritorio doblete de títulos: la conquista de la Liga española, donde manda con una amplia ventaja de 12 puntos sobre el Atlético de Madrid a cinco fechas de concluir, por lo que sólo es cuestión de tiempo.
La final de la Copa del Rey, sin embargo, había adquirido un carácter bisagra después de la dolorosa eliminación a manos de la Roma en los cuartos de final de la Liga de Campeones en el Estadio Olímpico.
El equipo de Ernesto Valverde exhibió este sábado una imagen y una actitud muy diferente al equipo que se vio en Roma, en general, en las pasadas semanas. Salió al campo con una marcha más, hizo circular el balón a otra velocidad y mostró una contundencia letal. Pero sobre todas las cosas, mostró un hambre voraz.
Messi avisó con un tiro libre que sacó espectacularmente al córner David Soria a los ocho minutos, pero el gol nació de un intérprete inesperado: Jasper Cillessen. El arquero holandés, titular en toda la copa durante la temporada, rompió la final con un pase largo que encontró mal parado a un Sevilla que presionó desordenadamente. Coutinho corrió con el balón en soledad y asistió a Suárez, que definió con el arco vacío.
Iniesta, tal vez en su última final con el Barcelona, pudo haber anotado el segundo tanto con un disparo que dio en el travesaño tras desviarse en Messi.
El propio argentino tuvo su revancha poco después en una jugada que nació de Iniesta. El cerebro azulgrana asistió a Jordi Alba y el lateral centró con un espectacular taco al argentino, que mandó sin problemas el esférico al fondo de la red. Fue el gol número 40 de Leo en la temporada y el octavo que llega con asistencia de Jordi.
La segunda diana desató definitivamente al Barcelona y hundió a los de Vincenzo Montella, que ya acumulan ocho encuentros consecutivos sin ga-nar. El partido se transformó a partir de ese momento en un paseo azulgrana.
Llegó entonces el tercer gol, obra de Suárez, después de que el uruguayo recibiera una magnífica asistencia de Coutinho. El brasileño, que esta temporada no pudo jugar en Champions, confirmó que con él en la cancha el Barcelona es otro equipo.
El segundo tiempo sólo sirvió para que el equipo catalán liberara angustias con un festival de toques y futbol. También, para que Iniesta marcara una maravilla de gol tras regatear al arquero y ser asistido por Messi. Y para que Coutinho inscriba su nombre entre los goleadores con un penal.
Fue la cuarta Copa del Rey consecutiva para el Barça que nadie repetía desde que el Athletic de Bilbao encadenara cuatro títulos entre 1930 y 1933.
Era un partido importante para nosotros, el club, los aficionados
, admitió el técnico Ernesto Valverde, quien se deshizo en elogios hacia el capitán Iniesta, quien podría marcharse a China al finalizar la temporada: Hubiera dado un brazo en mi época de jugador por hacer lo que hace él o Messi, y es una suerte tenerle
.