La conectividad entre áreas protegidas favorece sensiblemente a los ecosistemas: Conabio
Esquemas de manejo de vegetación, opción productiva para habitantes de la Selva Lacandona
Martes 17 de abril de 2018, p. 32
En el norte de la reserva de la biosfera Montes Azules, de la Selva Lacandona, la deforestación se ha reducido 80 por ciento durante los 10 años de existencia de diversos esquemas de manejo de la vegetación y de opciones productivas para los habitantes. Esto es parte del trabajo que se ha hecho con la figura del corredor biológico, explicó Pedro Alvarez Icaza, coordinador general de Corredores y Recursos Biológicos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
El corredor biológico es un concepto de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza que parte de que no se deben crear sólo esquemas de conservación en áreas naturales protegidas, sin que haya una conectividad entre ellas, ya que en algún momento podrían quedar en islas de conservación, detalló.
Así, un mecanismo intermedio, el corredor que incluye actividades productivas de manejo ambiental, se convirtió en política pública en México. Comenzó con una donación del Fondo Mundial para el Medio Ambiente para el corredor biológico mesoamericano, en el sureste del país, y se hizo una réplica para los países centroamericanos, que ya se extiende desde Oaxaca hasta Panamá.
Selva Lacandona, modelo a seguir
Detalló que en México la Conabio se hizo cargo de este esquema, que consiste en un modelo de uso de la biodiversidad con actividades de bajo impacto ambiental. Actualmente se desarrolla en 5 millones de hectáreas que incluyen la zona de la Selva Lacandona, la reserva de la biosfera de Sian Ka’an, Ría Lagartos, Calakmul, el sur de Chiapas, donde están las áreas naturales protegidas El Triunfo, La Sepultura, La Encrucijada, El Ocote, así como las zonas comunitarias de Oaxaca, las sierras norte y sur, y los humedales de Tabasco; están incluidos Quintana Roo, Yucatán y Campeche.
Se trata de un instrumento de gestión ambiental, con la ventaja de que no es rígido como el de las áreas naturales protegidas. En la Selva Lacandona se estableció un modelo de gestión con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación para evitar el cambio de uso de suelo y acuerdos comunitarios para el manejo de la superficie para evitaro que se usen químicos, por ejemplo. Este esquema se reproduce en Sian Ka’an, Quintana Roo, y Calakmul, donde se hace restauración por acahuales.