Viena.

Conchita Wurst, la barbuda drag queen austriaca que se convirtió en icono de la lucha por los derechos de la comunidad LGTB tras ganar el concurso musical Eurovision en 2014, dijo que era VIH-positivo en una publicación de Instagram, el domingo.

He sido VIH-positivo durante muchos años, declaró la cantante pop de 29 años, cuyo nombre real es Tom Neuwirth, a sus 300 mil seguidores, y añadió que se había visto forzada a revelar su estado de salud por una ex pareja.

Esto es realmente irrelevante para el público, pero un ex novio está amenazando con hacer pública esta información privada y no le daré a nadie el derecho de asustarme o afectar mi vida, indicó Wurst.

La cantante, cuyo estilo distintivo combina un largo pelo oscuro, uñas pintadas y una cuidada barba negra, saltó a la fama tras ganar el prestigioso concurso musical con una poderosa balada titulada Rise Like a Phoenix.

Luego fue invitada a actuar ante la Organización de las Naciones Unidas y fue elogiada por su secretario general, Ban Ki-moon, por luchar contra la discriminación.

Wurst dijo que su tratamiento para el VIH estaba yendo bien.

Desde que recibí el diagnóstico he estado en tratamiento médico; durante muchos años sin interrupción he estado por debajo del límite de detección, lo que significa que no puedo transmitir el virus, publicó Wurst en Instagram.

Más de 70 millones de personas en el mundo han sido infectadas con VIH y 35 millones han muerto desde la epidemia de sida en la década de 1980, según la Organización Mundial de la Salud.

Momento memorable

A sus 25 años, con barba, melena larga y un vestido de noche color crema entusiasmó al público en la sala de Copenhague y a los más de 100 millones de espectadores que seguían el concurso por televisión.

Austria ganaba ese certamen por primera vez desde que Udo Jürgens lo hiciera en 1966.

La canción ha formado parte de su repertorio durante años y Conchita ha dado numerosos conciertos dentro y fuera de su país. Además, se convirtió en una solicitada artista que acude, entre otros, a los desfiles de moda de París y siempre difunde un mensaje de paz, tolerancia y justicia.

Durante los dos, tres años siguientes al triunfo en Eurovisión, Conchita ha sido muy solicitada, pero el entusiasmo se moderó, aunque sigue con la música y también haciendo publicidad.

La artista confía en infundir confianza y dar un paso más contra de la estigmatización de personas que se han contagiado con VIH, ya sea por su propio comportamiento o sin que se lo hayan causado ellos mismos, señaló Wurst. En todo caso, haciendo pública esta información, que en realidad es irrelevante para la opinión pública, me he liberado de una espada de Damocles para el resto de mi vida, añadió.

A la fecha, Conchita no lo había tratado en público para ahorrar a su familia la atención mediática que una noticia como esa conlleva. Sus amigos lo sabían desde hace tiempo y lo manejan con gran naturalidad, algo que él desearía a toda persona afectada, explicó.

No obstante, insistió, se trata de una información que, en mi opinión, sólo es relevante para las personas con las que uno puede mantener relaciones sexuales.