En lo que fue el quinto ataque contra policías de Chihuahua en una semana, tres agentes fueron asesinados ayer, dos de ellos, comandantes ministeriales de la Fiscalía General del Estado (FGE), que fueron emboscados en el municipio de Valle de Zaragoza, con lo que se eleva a 30 el número de oficiales y mandos victimados en la administración de Javier Corral. En otras acciones, este sábado se registraron 19 homicidios en la entidad referida, así como en Jalisco, Baja California y San Luis Potosí.

Salvador Bárcenas Saavedra y Ricardo Ruvalcaba González, primero y segundo comandantes de la Agencia Estatal de Investigaciones, adscritos al municipio de Parral, fueron emboscados sobre la carretera Parral-Chihuahua, alrededor de las 8:30 horas de ayer, cuando se dirigían a la ciudad de Chihuahua.

Los agentes intentaron repeler el ataque, pero fueron superados en número por los criminales, trataron de huir y finalmente los mataron a 50 metros de las faldas de un cerro cercano a la carretera. La camioneta que conducían fue quemada por los sicarios.

Tanto Bárcenas como Ruvalcaba fueron nombrados mandos uno y dos para esa zona, en agosto del año pasado. El primer comandante se encontraba en la polémica por la detención de varios policías del municipio de Coronado la semana pasada.

El segundo ataque se suscitó alrededor de las 14 horas de ayer en el municipio de Jiménez, donde un convoy de la Policía estatal fue baleado en la carretera de Parral-Jiménez. Un agente resultó lesionado y fue identificado como escolta del titular de la Comisión Estatal de Seguridad, Óscar Aparicio Avendaño.

El tercer ataque se registró en la población de Álvaro Obregón, municipio de Cuauhtémoc, donde policías que estaban en el restaurante Pollo Bronco fueron atacados por un grupo armado; un agente falleció y dos fuerton privados de la libertad por los delincuentes.

La balacera generó pánico entre los asistentes a un partido de beisbol, que se desarrollaba cerca del lugar, el cual fue suspendido mientras jugadores y público buscaban protegerse de las balas.

Los tres ataques contra poli-cías ocurren después del asesinato del comandante de la policía ministerial de Ojinaga, Rodrigo Ibarra Hernández, y el agente Omar Alejandro Sotelo Álvarez, agredidos el 9 de abril anterior, cuando se encontraban en un puesto de comida en el kilómetro 25 de la vía Chihuahua-Aldama.

El sábado 7 de abril, pistoleros atacaron a policías que vigilaban las inmediaciones del fraccionamiento residencial San Francisco, en la ciudad de Chihuahua, lugar donde en ese momento el gobernador Javier Corral jugaba golf.

Autoridades de Chihuahua reportaron además el asesinato de nueve personas, dos de ellas, en Juárez, identificadas como Laura Quezada, de 47 años y Paola Quezada, de 25, madre e hija, informó seguridad pública municipal.

También en Juárez se perpetraron cuatro homicidios; dos hombres y una pareja que estaba en el terreno baldío junto al basureo municipal. El resto se cometieron en los municipios de Parral, Madera y Cuauhtémoc.

En Jalisco, siete personas fueron ultimadas con armas de fuego, tres de ellas una familia –un hombre, una mujer y un adolescente– que fue atacada la madrugada de ayer cuando viajaban por calles de la colonia Francisco I. Madero, municipio de Tlaquepaque. Este municipio hace menos de dos meses fue intervenido por la Fiscalía del estado ante la presunción de que su policía tenía nexos con criminales. Otras cuatro personas murieron a tiros en Zapopan, Tlaquepaque y Guadalajara.

En Baja California, una familia fue víctima de un ataque armado en la colonia La Morita de Tijuana que dejó muertos al padre y a una niña de cuatro años de edad, mientras la madre resultó gravemente herida. La agresión se produjo durante la tarde de este sábado, informaron fuentes policiacas.

En tanto, la Procuraduría de Justicia de San Luis Potosí dio cuenta del homicidio de una joven en el municipio de Matehuala; el cuerpo tenía huellas de tortura, su familia la identificó como Yadira, de 15 años. Asimismo, la procuraduría de Tamaulipas reportó el hallazgo de un predio con restos de dos personas tras una llamada anónima.