Aunque el destino de este país parece contemplar la censura y la muerte, tres actores, que son a la vez, músicos, cabareteros, cómicos y cantantes se mofan de la escabrosa realidad.

Una nación agobiada por asesinatos, desapariciones, fraudes, corrupción, pobreza y violencia puede ser sacudida e inflamada de rebeldía para gritar ¡ya basta! al reflejarse en un teatro del pueblo jocoso y alburero.

La obra Por jodidos y hocicones mataron a los actores, con dramaturgia, dirección y actuación de César Enríquez y música en vivo y original compuesta para polkas, valses, corridos y foxtrot, traza un eje de libertad y la posibilidad de denunciar.

El espectáculo hilarante, político y popular, estrenado en el teatro Helénico, explicaron en entrevista Enríquez y Rodrigo Ostap –otro de los actores, junto con Louis Montalvo– “es muy divertido, una especie de espejeo donde se miran el pasado y el presente, pero incluye temáticas tan dolorosas que se diluyen en escena con actores que son cantantes, músicos y cómicos, a manera de un gran monstruo de tres cabezas”.

En algún momento, prosiguió Enríquez, se percibe “un estado de choque porque todos sabemos que continúan las ejecuciones por decir lo que pensamos y enfrentar a un gobierno con el cual no compartimos su opinión. Por esa razón muchos periodistas, actores o escritores pueden terminar desaparecidos”.

Este montaje, dijo, se sustenta en el teatro mexicano olvidado, el de jacal de un centavo, donde nacieron la revista política mexicana y la popular carpa.

Por eso, el cabaret que me gusta hacer, añadió el dramaturgo, tiene que ver con algo lúdico y divertido como la carpa, pero también muy doloroso. Si no toco las fibras del espectador entonces no hay teatro.  

Los estereotipos de los personajes representan al macho empoderado y a un homosexual letrado, ambos muertos, quienes a su manera describen que a lo largo de un siglo el país no ha cambiado social ni políticamente. Se persigue al disidente, asesinan a quien habla con verdad y entierran la libertad sexual, de expresión y la equidad de género.  

La obra es en una investigación realizada por Enríquez, quien además de director y actor del montaje es el autor. Plantea interrogantes sobre la identidad teatral y de comedia, salpicada con canciones porfirianas, danzones, valses y huapangos hasta llegar al ritmo de Los Ángeles Azules.

Hacia el final de la función se escucha decir al personaje que encarna Enríquez: Hacemos teatro, porque es mágico y usa la ficción, pero no se puede realizarlo si no es con la verdad; tiene la virtud de transformar el pasado y el futuro en presente.    

El director adelantó que en junio llevará La prietty guoman al Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, con este monólogo que fue ovacionado en la clausura de la Muestra Nacional de Teatro 2017.

Por jodidos y hocicones mataron a los actores se presentará los próximos ocho miércoles en el recinto del Centro Cultural Helénico. Asistirá Eduardo Pueblo, actor alternante. El teatro Helénico se ubica en avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn. Funciones: miércoles a las 20:30 horas, hasta el 30 de mayo.