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Los de Abajo

Resistencia maya en EU

E

n el área de la Bahía, en California, los mayas luchan por no dejar de serlo. Si dentro de sus países, México y Guatemala, se reconoce su grandeza sólo en museos o por sus aportaciones milenarias, al tiempo que son perseguidos y discriminados, en territorio estadunidense el reto es mayor, pues al racismo dominante se suma el desprecio de sus propios connacionales no indígenas.

Alberto Pérez Rendón, director de programas de la Asociación Mayab, con sede en el barrio de La Misión, en San Francisco, refiere que uno de los principales problemas que enfrenta la comunidad maya es la falta de intérpretes de lenguas originarias en juzgados, hospitales y otras instancias en las que requieren comunicarse y sólo pueden hacerlo en su lengua. Si bien les va y corren con suerte, tendrán acceso a un traductor en español, pero difícilmente en maya. Y muchos de ellos y ellas no hablan ni entienden inglés ni español.

En una ocasión, refiere Pérez Rendón –médico mexicano que llegó a la Bahía hace 18 años–, un joven chol fue acusado de violación en un juzgado de Los Ángeles. Asistió a más de una audiencia sin entender nunca el motivo de su juicio. Escuchó la lectura de cargos y la declaración de culpabilidad en español, que para él era lo mismo que inglés o francés. Cuando una integrante de la Asociación Mayab llegó a auxiliarlo se dio cuenta de que no tenía la menor idea de por qué era juzgado.

El problema, explica Perez Rendón, es que quienes hacen la interpretación o trabajo de apoyo en los juzgados muchas veces son defensores de los derechos de los migrantes que no toman en cuenta las necesidades especificas de los indígenas. Son defensores mexicanos o de algún otro país de América Latina que han sido víctimas de racismo y que han sido estigmatizados como el mexicano ladrón, flojo y explotador del sistema estadunidense. Pero desafortunadamente, cuando están frente a un indígena, lo consideran menor y le aplican lo que a ellos les aplicaron. No todos actúan de esta forma, es cierto, pero sí muchos.

Un problema más que enfrentan los mayas que llegan a California pertenece al campo de la salud mental. Muchos mayas vienen de Guatemala y llegan con el trauma del conflicto bélico pasado; otros vienen huyendo de las amenazas de las mineras que se imponen en su región y solicitan asilo político. En ambos casos requieren de atención especializada en su lengua y ésta es prácticamente inexistente.

La preservación de su cultura en estas tierras es otro reto. Conservar su lengua y sus tradiciones es parte de su resistencia. La fiesta, la música y la danza se les da, así es que La Vaquería florece en la Bahía.

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