Nuevo México.

Mientras miles de efectivos de la Guardia Nacional arriban a la frontera con México, el secretario de Justicia de Estados Unidos, Jeff Sessions, expuso su estricta postura en materia migratoria en este lugar, específicamente en Las Cruces, donde se dirigió a jefes de policía de localidades fronterizas para decirles que se detendrá la migración ilegal y el tráfico de drogas; y si es necesario se construirá un sistema migratorio funcional.

Sessions destacó las historias de traficantes detenidos con opioides y cocaína en la frontera así como los vacíos legales que han alentado a más migrantes a pasar a Estados Unidos. Esto es inaceptable. No puede continuar. Nadie puede defender la manera en que el sistema opera.

Decenas de activistas por los derechos de migrantes organizaron una protesta por la visita de Sessions y rechazaron la percepción de que la región fronteriza es la zona cero en la lucha del gobierno del presidente Donald Trump contra los cárteles de drogas y los traficantes de personas. Se equivocó entonces y se equivoca ahora, dijo Fernando García, director ejecutivo de la organización Red Fronteriza para los Derechos Humanos, en El Paso.

Al llegar la caravana de Sessions, el grupo gritó consignas en español y ondeó carteles contra la propuesta de un muro fronterizo y el despliegue de tropas.

Sessions habló en la reunión anual de la Coalición de Jefes de Policía de la Frontera, que incluye a 31 departamentos policiales de Texas, Nuevo México, Arizona y California. Las zonas de patrullaje de estos departamentos se encuentran en un área que va desde la frontera hasta 40 kilómetros al interior.

Sessions llegó a Las Cruces, una pequeña ciudad ubicada a una hora de la frontera, al tiempo que se comienza a erigir un tramo de 32 kilómetros de vallas de acero que las autoridades aseguran forman parte del muro fronterizo que prometió Trump.

Funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza afirman que la nueva barrera será más difícil de sortear, como el antiguo enrejado de postes y alambrado que se extendía por el desierto al oeste del cruce de Santa Teresa.

Al hablar de una crisis en la frontera, Sessions emitió una orden que instruye a los fiscales federales a poner más énfasis en aplicar cargos a las personas que ingresan ilegalmente al país.

También arremetió nuevamente contra las ciudades santuario, al decir a los jefes de policía que es ilógico e insensato que una persona pueda ingresar ilegalmente al país un lunes y llegar el miércoles a San Francisco sin ser deportado.

Sessions indicó que se ha permitido que la crisis se agrave durante décadas mientras los políticos prometían, pero no actuaban para arreglar el sistema.

Durante marzo hubo un incremento de 37 por ciento en los cruces fronterizos, lo que trajo más de 50 mil personas de manera ilegal a Estados Unidos. Esa cifra representa el triple reportado durante el mismo periodo del año pasado. Sin embargo, es más baja que en los últimos años del gobierno de Barack Obama y en décadas anteriores.

La postura de tolerancia cero del fiscal general respecto a los cruces pide que se enjuicie a las personas que ingresen ilegalmente a Estados Unidos por primera vez. En el pasado, dichas ofensas representaban delitos menores. También impone cuotas a jueces migratorios para reducir el enorme número de casos atrasados.