La migración hondureña en México registra un repunte en el más reciente bienio. En febrero pasado alcanzó niveles comparados a los de 2015, con más de 5 mil extranjeros de esa nacionalidad presentados mensualmente ante el Instituto Nacional de Migración (INM).

En febrero pasado hubo 40 por ciento más respecto de enero, al pasar de 3 mil 654 a 5 mil 78 personas en esa condición, la mayoría de los cuales son repatriados.

La devolución, sin embargo, se ubica actualmente en menor proporción que años anteriores, cuando incluso más de 90 por ciento eran repatriados.

En enero fueron enviados a Honduras 2 mil 780 personas (de 3 mil 654 presentados) y en febrero, 4 mil 128 (de 5 mil 78).

Es así como Honduras encabeza la lista no sólo de migrantes en supuesta situación irregular –presentados y repatriados–, sino de solicitantes de refugio.

Según el reporte 2017 de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), 4 mil 272 hondureños pidieron esta protección especial del Estado mexicano, y aunque persisten en el primer sitio, ya están prácticamente en el mismo nivel los venezolanos, con 4 mil 42 casos el año pasado.

Los solicitantes de ambas nacionalidades constituyen más de la mitad del total de peticionarios de refugio.

El crecimiento en esta posibilidad (refugio y protección complementaria) experimenta un ascenso imparable. Al inicio del sexenio, durante 2013, la Comar recibió mil 296 solicitudes; un año después, 2 mil 137; para 2015 subió a 3 mil 424; en 2016 se catapultó a 8 mil 796 y para 2017 cerró en 14 mil 596.

Desde ese año, los hondureños predominaron, junto con grupos de países de América Central.

Hace unos días, la subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos de Gobernación, Patricia Martínez, dijo que la población más vulnerable, solicitante de refugio son niñas, niños, adolescentes acompañados y no acompañados, mujeres e integrantes de la comunidad lésbico gay.

En tanto, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ha hecho llamados a apoyar, en especial, la protección de hondureños y venezolanos, naciones en las que empeora la situación política, social y económica que provoca la migración.