l poblado de Cojímar, en la periferia este de La Habana, comienza a destacar por la existencia de un singular lavado de autos que trabaja con métodos ecológicos.

Ernesto Rivero, el propietario, no tenía mucha conciencia sobre el cuidado del medio ambiente hasta que, casi de manera fortuita, asistió a un curso sobre permacultura, sistema que procura satisfacer las necesidades humanas sin destruir, contaminar o agotar los recursos naturales.

En su casa, Rivero tenía un taller mecánico, pero al terminar el curso comprendió su poca conciencia ecológica y los altos niveles de contaminación generados por su negocio. Me di a la tarea de remodelar y hacer una planta de lavado novedosa que demostrara que con la permacultura se puede cuidar el ambiente, recordó el ex militar de 50 años.

Así surgió La Ecológica, la única planta de lavado de autos en Cuba que emplea agua de lluvia como principal fuente.

Rivero amplió sus conocimientos técnicos para la instalación de la planta, cuyo funcionamiento es un ciclo cerrado. Sobre el techo, con un sistema de gravedad, se recoge la lluvia que pasa por tuberías hasta una cisterna de unos 6 mil litros; después se bombea a un tanque elevado que alimenta los equipos de lavado.

Esa misma agua pasa a una trampa de grasa, donde se separan los aceites y los sedimentos, y atraviesa un filtro de gravillas antes de regresar a la cisterna.

Rivero también instaló un sistema hidráulico paralelo que recoge el agua sucia para incorporarla al mismo sistema de reciclaje sin desecharla.

Además, en La Ecológica se reciclan las grasas que resultan del cambio de aceite de los motores. Una parte se entrega a un taller automotriz para reciclaje.

Los clientes admiran el novedoso sistema de ahorro de agua, líquido que escasea por dura sequía de tres años.

Xinhua