Washington.

Agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que trabajan para el fiscal especial de Estados Unidos, Robert Mueller, allanaron en mayo pasado una bodega que contenía documentación de Paul Manafort, ex director de campaña del hoy presidente Donald Trump, y usaron los registros para respaldar los cargos en su contra en el caso de la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016.

Con base en una declaración jurada sobre el cateo, con partes censuradas y publicada el viernes pasado, la FBI obtuvo acceso a la unidad de almacenamiento en Alexandria, Virginia, con la ayuda de un empleado que trabajó para varias compañías del ex asesor.

Abogados de Manafort impugnaron el registro la noche del viernes bajo el argumento de que fue ilegal, porque la FBI violó sus derechos constitucionales al ingresar ilegalmente a una de sus instalaciones. También expusieron que los agentes excedieron límites fijados por la ley, pues extrajeron cartas y documentos. Alegaron que el trabajador no tenía autorización para dar acceso a los investigadores.

Manafort enfrenta dos acusaciones expedidas por Mueller: lavado de dinero y actuar como agente extranjero sin tener un registro en el Departamento de Justicia. Otra lo señala de fraude fiscal, bancario y no informar sobre cuentas bancarias en el extranjero.