Domingo 8 de abril de 2018, p. 18
Estados Unidos y China están involucrados desde hace un mes en una disputa comercial provocada por la decisión del gobierno de Donald Trump de imponer aranceles al acero y al aluminio.
8 de marzo: Trump promulga aranceles de 25 por ciento para el acero y de 10 por ciento al aluminio. Exime temporalmente a Canadá y México, sus socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y a otros países, incluidos los de la Unión Europea; en esa lista no está China.
22 de marzo: Trump firma un memorándum dirigido contra la agresión económica de China
y anuncia que Estados Unidos impondrá nuevos aranceles a los productos chinos por 60 mil millones de dólares, en represalia por el robo de propiedad intelectual
y para proteger a las empresas estadunidenses. El presidente otorga 15 días a su representante comercial Robert Lighthizer para que elabore una lista de productos.
23 de marzo: En represalia por los aranceles sobre el acero y el aluminio, Pekín reveló una lista de 128 productos estadunidenses que quiere gravar con impuestos aduaneros de entre 15 y 25 por ciento, en caso de que fracasen las negociaciones con Washington. Entre ellos, figuran fruta fresca, carne de cerdo y aluminio reciclado: los productos estadunidenses involucrados representaban 3 mil millones de dólares el año pasado.
26 de marzo: Las autoridades chinas instan a Estados Unidos a detener su intimidación económica
y amenazan con nuevas represalias.
2 de abril: China pone en práctica su amenaza del 23 de marzo. Anuncia medidas punitivas contra 128 productos estadunidenses.
3 de abril: En respuesta a la solicitud presidencial del 22 de marzo, Robert Lighthizer publica la lista provisional de productos chinos que pueden estar sujetos a nuevos aranceles por la transferencia forzosa de tecnología y propiedad intelectual estadunidenses
a China. La lista, que apunta a exportaciones chinas por aproximadamente 50 mil millones
de dólares anuales, incluye a productos de varias industrias, incluidas la aeronáutica, la tecnología de la información, las comunicaciones, la robótica y la maquinaria.
4 de abril: Horas después de la publicación de la lista, Pekín responde con su propia nómina abarcando el mismo monto, pero incluye productos estratégicos, como la soya y los sectores automotor y aeroespacial, que tienen un peso importante en la balanza comercial estadunidense. El mismo día Trump aseguró: No estamos en guerra comercial con China, esa guerra se perdió hace muchos años por la gente tonta e incompetente que representaba a Estados Unidos
. Ahora tenemos un déficit comercial de 500 mil millones anuales, con robo de propiedad intelectual por otros 300 mil millones. ¡No podemos permitir que esto continúe!
, sostuvo en dos mensajes publicados en su cuenta de Twitter. El déficit comercial de Estados Unidos con China fue de 375 mil 200 millones de dólares en 2017.
5 de abril: El ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, exhorta a la comunidad internacional a formar un frente común contra Washington. China también presentó una nueva queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para impugnar los aranceles que Estados Unidos pretende implementar a varios de sus productos, entre ellos maquinaria y electrónica. Trump elevó la apuesta al amenazar con gravar las importaciones chinas por 100 mil millones de dólares que se sumarían a los 50 mil millones de dólares ya afectados por aranceles anunciados el 3 de abril.
6 de abril: China asegura que no teme pagar el precio de una guerra comercial. Trump, en tanto, denuncia el funcionamiento de la OMC y dice que es injusta con Estados Unidos
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