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Anuncia la UACM queja ante la CDHDF

Denunciarán la criminalización de alumnos atacados

Eran asistentes regulares, afirma Aboites

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Frente a las instalaciones de la procuraduría capitalina, estudiantes de la UACM demandaron a las autoridades encontrar a los culpables del asesinato de tres compañerosFoto Alfredo Domínguez
 
Periódico La Jornada
Sábado 7 de abril de 2018, p. 26

Familiares de Carlos Esquivel Martínez, estudiante del plantel Cuautepec de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), quien sobrevivió ileso a la agresión en la que fallecieron tres universitarios y otro más resultó gravemente herido, presentarán una queja ante la Comisión de Derechos Humanos capitalina (CDHDF) contra los policías que lo trasladaron al Ministerio Público por cambiar su situación de víctima y testigo por la de detenido y probable responsable, con la siembra de un arma.

El rector de la casa de estudios, Hugo Aboites Aguilar, sostuvo que el informe inicial de la policía capitalina propició en redes sociales una serie de ataques a la institución, la criminalización de los estudiantes y la denostación de las autoridades que buscaron dividir a la comunidad universitaria.

En un pronunciamiento, condenó dichas reacciones y aclaró que Héctor Antonio Sarmiento, Jorge Gustavo Martínez Olivo y Miguel Omar Arteaga eran estudiantes regulares, algunos con muy buenos promedios y la mayoría con un empleo, lo mismo que Sergio Manuel, hermano del primero y cuyo estado de salud se reporta grave pero estable en el hospital general Ticomán.

Acompañado por el abogado general, Alfredo Domínguez, el coordinador de Servicios Estudiantiles, José Gutiérrez, y la académica e investigadora Fabiana Medina, Aboites consideró necesario impulsar el frente de instituciones de educación superior que se había anunciado a partir del hecho de violencia que se registró en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), derivado de la presencia de narcomenudistas, con el fin de mejorar las condiciones de seguridad dentro y fuera de los planteles.

No podemos armarnos ni amurallarnos, señaló, al advertir que la situación de inseguridad y violencia en toda la ciudad nos está rebasando y el tráfico de drogas es una realidad de la que las universidades no han podido salir libradas.

Resaltó que así como surgieron voces para denostar a las víctimas, crece la reacción solidaria, y propuso aprovechar esto: que las comunidades de las instituciones educativas se movilicen para demandar a las autoridades capitalinas mayor seguridad para estudiantes y académicos, no sólo en torno a las instituciones, sino en colonias y barrios, al advertir que esta agresión ocurrió en el interior de una unidad habitacional próxima al plantel, de camino a sus domicilios.