Con el propósito de romper el acartonamiento que ha caracterizado los debates presidenciales en México, la comisión especial presentó a los representantes de los candidatos la propuesta final del formato, que tendrá una duración de una hora con 54 minutos, divididos en cuatro bloques temáticos en cada uno de los tres encuentros que se tienen previstos. Cada abanderado tendrá una participación inicial interactuando con los moderadores y contará con dos réplicas o contrarréplicas.

Asimismo, para fortalecer la narrativa televisiva, dar mayor libertad de expresión corporal y contribuir al dinamismo del debate, se diseñarán escenografías que interactúen, las cuales contendrán elementos gráficos y tecnológicos que ofrezcan una imagen acorde con la relevancia que reviste dichos debates presidenciales”. Las cámaras tendrán un manejo flexible que proporcione mayor dinamismo a la transmisión, utilizando indistintamente planos generales para mostrar la ubicación de los candidatos y los moderadores.

La imagen de la pantalla será “lo más limpia posible, permitiendo a la audiencia concentrarse en los contenidos. Asimismo, la producción actuará con base en los principios de imparcialidad y equidad que rigen a la autoridad electoral. El acceso al foro se limitará a los candidatos, los moderadores y al staff de producción.

Los debates serán: 22 de abril, a las 20 horas en Palacio de Minería, donde se hablará de violencia, corrupción y democracia; 20 de mayo, a las 20 horas en la Universidad Autónoma de Baja california, con los temas comercio exterior e inversión; seguridad fronteriza y combate al crimen trasnacional y derechos de los migrantes, y el tercero en el Gran Museo del Mundo Maya, en Mérida, el 12 de junio a las 21 horas, donde hablarán de economía y desarrollo; pobreza y desigualdad; educación; ciencia y tecnología.