Falleció en la impunidad; la muerte no absuelve
, declara el grupo HIJOS de Guatemala
Acusado de genocidio, el militar logró esquivar una sentencia a 80 años de prisión
Lunes 2 de abril de 2018, p. 26
Guatemala.
El dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt (1982-1983), acusado de genocidio, falleció este domingo a los 91 años, informaron sus abogados. La muerte no absuelve
, tuiteó el grupo HIJOS de Guatemala.
Ríos Montt gobernó Guatemala con mano de hierro entre marzo de 1982 y agosto de 1983 y fue acusado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de genocidio de indígenas en un informe de 1999. Murió de un infarto en su residencia, confirmó Jaime Hernández, uno de sus abogados.
Luis Rosales, otro miembro de su equipo legal, agregó: murió en paz
, rodeado de su familia y con la convicción de que en su país no hubo genocidio
.
Ríos Montt es considerado uno de los ex dictadores más sanguinarios del siglo pasado, pues en su régimen fueron arrasadas aldeas mayas y ordenó fusilar a varios opositores.
Durante los 17 meses en el poder de este general graduado de la Escuela de las Américas se perpetraron las peores matanzas de indígenas, convirtiéndose en la época más violenta de los 36 años de guerra civil (1960-1996) del país.
Luego de un centenar de apelaciones, su juicio en 2013 pareció una oportunidad histórica para obligar a un dictador latinoamericano a responder por violaciones de los derechos humanos.
Decenas de testigos declararon sobre violaciones, matanzas, desplazamientos forzados y otros crímenes cometidos por los soldados a las órdenes, o al menos con el conocimiento, de Ríos Montt.
No obstante, el ex dictador murió en la impunidad, porque la máxima instancia judicial del país anuló el 20 de mayo de 2013 una sentencia a 80 años de prisión por genocidio dictada 10 días antes, debido a irregularidades procesales, y luego se ordenó un nuevo juicio.
Tras ser diagnosticado con demencia senil y otros serios padecimientos, Ríos Montt siguió un juicio especial que fue aplazado indefinidamente.
En el primer juicio un tribunal lo responsabilizó de la matanza de mil 771 mayas ixiles en el departamento de Quiché durante su gobierno de facto.
No soy genocida (...) Nunca autoricé, nunca firmé, nunca ordené atentar contra una raza, una etnia o una religión. ¡Nunca lo hice!
, gritó Ríos Montt en el banquillo de los acusados.
Durante las operaciones contrainsurgentes, su régimen ejecutó la política de tierra arrasada
sobre poblaciones indígenas del norte y noroeste del país, a las que acusaba de apoyar a la guerrilla.
El informe de la ONU de 1999, presentado por la fiscalía en el proceso contra Ríos Montt, documentó 626 matanzas –500 en aldeas arrasadas–, consignó que se perpetró un genocidio
y precisó que entre 1978 y 1984 ocurrieron la mayor parte (91 por ciento) de las violaciones de derechos humanos de la guerra civil, que dejó 200 mil muertos y 45 mil desaparecidos.