Ghouta

El ejército del presidente de Siria, Bashar al Assad, declaró este sábado su victoria en Ghouta Oriental, luego de que milicianos opositores al gobierno salieron de este suburbio de Damasco, excepto de la localidad de Douma, donde se efectúan negociaciones para que los rebeldes abandonen esa región o de lo contrario enfrenten una ofensiva gubernamental.

En un comunicado, el ejército sirio indicó que después de acciones militares planeadas con precisión sus fuerzas capturaron 31 poblados en Ghouta Oriental y continúa en lucha en Douma, penúltimo bastión de los opositores.

De acuerdo con el comunicado castrense, cientos de combatientes murieron y sus centros de comando fueron destruidos durante la ofensiva que se inició a finales del mes pasado. El texto añade que la victoria en Ghouta Oriental aseguró el camino entre Damasco y otras áreas en el norte del país árabe y también hacia las áreas orientales que llegan a la frontera con Irak.

Golpe a proyectos terroristas

Al recuperar esas zonas también se puso fin al sufrimiento de la gente de Damasco, provocado por los ataques de mortero lanzados por los rebeldes desde Ghouta Oriental. El ejército sirio indicó que esa victoria asestó un duro golpe a los proyectos terroristas contra su nación y prometió continuar la batalla contra el extremismo.

La declaración del triunfo militar se da luego de que el último grupo –unos 45 mil rebeldes acompañados por sus familias– desalojó su bastión de Ghouta Oriental. Los combatientes abandonaron también los poblados de Zamalka, Arbeen, Ayn Tarma y Jobar. Partieron hacia las áreas controladas por facciones opositoras en la provincia noroeste de Idlib.

La liberación de los cuatro poblados constituyó un paso importante para declarar a Ghouta Oriental libre de rebeldes, afirmó Sana, agencia estatal de noticias.

La toma de Ghouta –que el gobierno sirio ya controla en 95 por ciento, de acuerdo con el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres– significaría una victoria importante para Asaad en la guerra, que afecta a Siria desde 2011.

Gracias a una devastadora ofensiva lanzada el 18 de febrero, que mató a más de mil 600 civiles según cifras del OSDH, las fuerzas de Assad reconquistaron casi la totalidad del antiguo bastión rebelde, asediado desde hace cinco años.