La Fundación para la Defensa del Ambiente (EDF, por sus siglas en inglés) de México, precisó que aunque 57 por ciento de las pesquerías nacionales son sustentables si no se reduce la pesca ilegal y se incentiva un manejo basado en derechos, esa cifra comenzará a descender.

Laura Rodríguez, directora de EDF México, indicó que se debe mejorar el manejo de las 28 principales pesquerías del país, industriales y ribereñas. Precisó que hace dos años, la agrupación realizó un estudio con la Universidad de California sobre el futuro de esta actividad en el país.

Destacó que México cuenta con 1.5 veces más mar que territorio, y no es un desierto, está lleno de especies, algunas de ellas con gran valor comercial, como la langosta, callo de hacha, abulón y ciertos tipos de camarón.

El mal manejo de pesquerías deja mucho dinero bajo el agua, según lo demostró un estudio realizado por el Banco Mundial. Justamente, dicho análisis se denomina Los miles de millones hundidos, donde se plantea que la sobreexplotación no es la mejor estrategia para manejar un recurso natural renovable como son los peces ni para generar beneficios económicos constantes ni empleos seguros.

Ese reporte, que utilizó un modelo bioeconómico, refiere que por el mal manejo de pesquerías, el sector a nivel mundial perdió alrededor de 83 mil millones de dólares en 2012, en gran parte debido a la sobreexplotación.

En el taller de pesca sustentable para periodistas, Rodríguez precisó que conforme hay una sobreexplotación y pesca ilegal no estamos aprovechando bien el recurso, el porcentaje de pesquerías sustentables empieza a caer, eso es lo que podemos ver hacia el futuro si sigue el mal manejo.

Destacó que el manejo basado en derechos es un sistema que ha sido exitoso en la restauración y crecimiento de varias pesquerías a nivel mundial. Se conoce en México como manejo compartido por cuotas y consiste en determinar, con base en información científica, una captura total permisible, es decir, la cantidad de recursos que pueden sacarse del mar sin comprometer la viabilidad de la reproducción y crecimiento de la especie ni la rentabilidad de la pesquería.

También asigna derechos de pesca definidos y seguros. Cada permisionario tiene el derecho de capturar un porcentaje de la captura total permisible, ya sea a través de una cuota o de la asignación de un territorio de uso exclusivo. Asimismo, implica incrementar y actualizar la información para tomar mejores decisiones.