Después de dar positivo en una prueba antidopaje, Francisco Bandido Vargas fue citado a una audiencia con la Comisión Atlética de California. El examen sorpresa –parte del programa de controles voluntarios– arrojó que tenía cantidades mínimas de clembuterol. No se alarmó porque –cuenta– un día antes había comido carne de res y sabía del problema en la crianza de ganado.

En la reunión había expertos y la gente de la comisión. Fueron tajantes: la cantidad coincidía con lo que produce comer carne contaminada, pero estaría sujeto a vigilancia rigurosa y sometido a varias pruebas, en las que si aparecía otro rastro sería sancionado con severidad.

Me hicieron nueve pruebas más y en todas salí limpio, recuerda Vargas; pero estaba advertido que si volvía a aparecer la sustancia, por mínima que fuera, me suspenderían.

El viernes 23 de marzo la Comisión de Nevada decidió suspender de manera temporal a Saúl Canelo Álvarez, quien semanas antes había dado positivo por clembuterol en cantidades mínimas, también –alegaron– por consumo de carne. El anuncio fue sorpresivo, pues el 5 de mayo está pactada la segunda pelea contra Gennady Golovkin en Las Vegas.

Me parece extraña y exagerada la postura de la Comisión de Nevada, dice Vargas; “porque la cantidad que encontraron es la que aparece por consumo de carne, si hubiera sido mayor o encontrado otra sustancia se entendería, pero creo que han sido severos, tal vez por la magnitud del nombre del Canelo”.

Bandido insiste en que la Comisión de Nevada debió entender la situación de salud pública en la que se produce el consumo de carne contaminada. Además de someterlo a un control riguroso antes de la contienda.

Agrega que esto puede dañar la imagen del deportista, como a él le ocurrió hace un par de años, pero también cree que con el tiempo se puede recuperar la credibilidad. Porque no es dopaje intencionado ni para sacar ventaja, pero el ruido que genera la noticia y el desconocimiento de mucha gente que piensa que un positivo es igual a otros casos que sí son muy castigados y perseguidos, estima.

Lo que considera grave fueron las declaraciones que hicieron durante la semana Golovkin y su equipo, quienes dijeron que el dopaje del Canelo era intencional y sugirieron que incluso el crecimiento muscular era consecuencia del uso de sustancias.

“Ellos no pueden saber si Canelo hizo trampa, eso sólo quienes hacen las pruebas lo pueden determinar; creo que esas declaraciones las hicieron muy a la ligera; si hubieran detectado otra sustancia ya se sabría, supongo”, concluyó.