Después del sismo del 19 de septiembre, un total de 2 mil 400 personas fueron desplazadas de sus casas en la colonia Juárez, delegación Cuauhtémoc, debido a la afectación de 170 inmuebles, 66 de vivienda unifamiliar, tres ya derribados.

Así lo afirmaron en conferencia de prensa residentes de esta colonia, quienes señalaron que es momento de alzar la voz para ser escuchados por las autoridades capitalinas, que tras la tragedia los han dejado a su suerte, por ubicarse en una zona de clase media.

Detallaron que no han recibido apoyo ni para realizar la revisión de sus inmuebles. En un condominio de 44 departamentos contratamos a un ingeniero, que nos cobró por familia 120 mil pesos, para hacer la supervisión, y otros 12 millones de pesos para hacer el proyecto de reparación, porque los daños son importantes, expuso Azarell Anzures.

Ya perdimos los ahorros de toda la vida y nos dicen que ahora tenemos que sacar un préstamo para hacer los trabajos de rehabilitación. Porque somos profesionistas o tenemos trabajo nos discriminan de cualquier ayuda, hasta las fundaciones, agregó.

Martín Cortés, otro afectado, señaló que han tenido una experiencia similar las siete familias que vivían en un edificio ubicado en Varsovia 33. Buscamos dónde vivir y contratamos un director responsable de obra por nuestra cuenta y nos está haciendo un proyecto que ya va en 5 millones de pesos, apuntó.

Sergio González, vocero de los damnificados, precisó que además de las viviendas, una escuela resultó con daños mayores, cuatro con medianos y dos más con afectaciones menores, mientras 47 familias, que son comerciantes del barrio, se han visto afectadas en su economía por estar en la zona de desastre.

Por separado, en el multifamiliar Tlalpan, organizaciones civiles como Consultorio de Arquitectura Práctica y Techo entregaron ayer 13 viviendas emergentes hechas con madera y fibrocemento a las familias de damnificados con niños y adultos mayores, con las que suman 16.

Detallaron que las primeras tres viviendas se realizaron con el apoyo de estudiantes de arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México, proyecto al que sumó después la organización Techo, que coadyuvó con la construcción del resto, con un costo unitario de 50 mil pesos.

Cuando vimos cómo vivían en los campamentos decidimos juntar esfuerzos para cambiar esas condiciones. Las viviendas emergentes no resuelven el problema, pero sí mejoran la calidad de vida que se tiene con una tienda de campaña, expusieron representantes del Consultorio de Arquitectura Práctica.

Francia Gutiérrez, damnificada del multifamiliar Tlalpan, dijo que este proceso es un ensayo de cómo quieren que sea el proceso de reconstrucción: incluyente, con los vecinos y la sociedad civil, que sea digno y en estricto apego a los derechos humanos.