San Patricio
ueron llamados criminales, violadores, portadores de enfermedades, peligrosos que no respetaban las reglas y los amos de su nueva tierra. Venían de un país corrupto, desecho, mal gobernado, retrógrada. Se les acusaba de robar
empleos de estadunidenses y ser parásitos del presupuesto público. Políticos pedían prohibir su ingreso a este país, en anuncios de empleo se solía agregar irlandeses no soliciten
, y sólo conseguían los peores trabajos que nadie más deseaba hacer. Eran atacados violentamente por agrupaciones nacionalistas
antimigrantes y anticatólicas y hasta un partido político. Eran inmigrantes irlandeses.
El pasado sábado se festejó el Día de San Patricio, en honor al santo patrón de los irlandeses. Es un día ya muy integrado al calendario estadunidense, y se celebra por todo el país, comercializado como todos los otros días festivos de este tipo (su equivalente mexicano-estadunidense aquí es el 5 de mayo).
Pero los bendecidos por Patricio, cuando empezaron a llegar a mediados del siglo XIX, fueron discriminados durante décadas por los estadunidenses. Hubo pandillas antirlandesas que incendiaron iglesias y sus casas. La antigua Catedral de San Patricio en Nueva York, en la zona más tarde conocida como la Pequeña Italia, aún tiene el muro de ladrillo que se construyó a su alrededor para protegerla de los estadunidenses.
Eran refugiados de una gran hambruna en la cual perecieron más de un millón de personas y que provocó el desplazamiento humano más grande del siglo XIX –2 millones abandonaron Irlanda–, y la gran mayoría de ellos partió a Estado Unidos. Llegaron en miles de barcos, algunos de los cuales habían sido usados en el comercio de esclavos africanos, viajando en condiciones tan infrahumanas que algunas de las naves se llamaban barcos ataúd
y decenas de miles murieron en tránsito.
Hoy día, 10 por ciento de la población estadunidense, unos 32 millones, tienen raíces irlandesas. Hoy todos los estadunidenses –incluidas figuras antimigrantes como el presidente– festejan esa gran migración irlandesa y sus contribuciones a la construcción de este país cada Día de San Patricio.
Vale señalar que, al igual que hay estadunidenses de origen latinoamericano que se han olvidado de su historia, igual hay estadunidenses de origen irlandés que hoy son antimigrantes. Entre los más prominentes del momento está el nacionalista
y ex estratega político de Trump, Steve Bannon; la abuela del vicepresidente Mike Pence llegó de Irlanda. Ahora son cómplices del gobierno más antimigrante en tiempos recientes. Vale recordar que hoy hay por lo menos 16 mil inmigrantes irlandeses indocumentados, según cálculos del Migration Policy Institute; el gobierno irlandés considera que podría haber casi 50 mil.
En un editorial para festejar el día de los irlandeses en 2010 llamado, en español, San Patricio
, el New York Times escribió: “casi todos fuimos mexicanos en algún momento. Eso es: los nuevos inmigrantes, pobres y vilipendiados, propulsados por la esperanza y hambre al abrazo espinoso de Estados Unidos… Todos somos personas que hemos perdido nuestras tierras de triste manera y nos hemos encontrado. Si lamentamos y celebramos en un pub o una cantina, si nuestra bandera tricolor tiene o no un cactus sobre ella, estamos más cercanos uno al otro de lo que recordamos”.
Pete Hamill, el gran periodista, editor y novelista irlandés-estadunidense y amante de México, aconsejó, en un artículo en La Jornada: “Todos deberíamos recordar (…) que la gente que nos trajo aquí, nosotros que somos los hijos de otras vastas migraciones, irlandeses, judíos, italianos, esa gente formidable, no era diferente a estos mexicanos jóvenes (que ahora migran a Estados Unidos). Creían en la familia. En la dignidad. En el trabajo. No vislumbraron carreras para ellos mismos, sino sacrificaron sus vidas por sus hijos, trabajando en los peores empleos, ganando los peores salarios. Y sí: soñaron con sus tierras de origen. Sí: cantaron sus viejas canciones. Y jamás fue fácil... Honramos a los nuestros cuando honramos a los nuevos (...) Debemos poder decirle a cada mexicano pobre que llega a este país: gracias por venir. Gracias por recordarnos quiénes somos”.
En entrevista con La Jornada en 2009, Hamill indicó: Los irlandeses del siglo XIX fueron los verdaderos inventores de nuestra música popular, produjeron canciones-historias (muy parecidas a los corridos), y otras de risa y de burla hacia los ricos, y temas que se dolían con la nostalgia por el país que dejaron atrás
.
Hace ocho años el legendario conjunto tradicional irlandés, The Chieftains, grabó el disco San Patricio en colaboración con Ry Cooder y varios músicos mexicanos (incluidos Los Tigres del Norte y Lila Downs), para recordar y honrar la historia del Batallón de San Patricio.
Ese grupo de inmigrantes irlandeses fue enviado por Washington a la guerra contra México de 1846-48 como carne de cañón. Eran inmigrantes que huían de la miseria de un país sometido a la explotación y control de un superpoder, una población católica reprimida y a la que se le negaba casi todo derecho básico en su propio país, y se dieron cuenta de que eso se parecía mucho a donde ahora estaban, y cambiaron de bando. Fueron acusados de traición y muchos fueron capturados y ejecutados por los estadunidenses. Han sido casi borrados de la historia oficial. Rompieron fronteras. Y tal como lo señala Cooder, la Canción Mixteca (entre las que están en este disco) también podría ser una rola irlandesa parecida a las que ellos, y casi todo inmigrante, seguramente cantaban.
Como concluye Hamill: la historia de nuestros padres y abuelos nos dice: el dolor pasará. Y cuando algo del dolor actual pase, aquí y en México, sé lo que sucederá. Lo sé de la manera en que sé que el sol nacerá mañana. Alguien sacará una guitarra y todos cantaremos. Juntos
.
Y ahí estarán presentes los Patricio.