CDMX y los niños
uestra capital es una de las ciudades más hostiles y agresivas del mundo contra la niñez. Quienes aquí nacimos y crecimos sabemos bien cómo se fueron perdiendo las calles y el tiempo de jugar, árboles frondosos, parques, banquetas anchas, aire limpio y un cielo azul.
No supimos de pequeños lo que era la soledad y el encierro porque nuestros padres tardaban menos en los trayectos de ida y vuelta al trabajo: tenían más tiempo para estar con nosotros.
De chicos podíamos salir a la calle a jugar sin temor, porque el lobo estaba en el bosque; pero hoy los lobos habitan en la ciudad y por ello la mayoría de los niños sólo tienen como amigos robotines digitales.
Los últimos dos jefes de gobierno que se ocuparon de la infancia fueron Manuel Camacho Solís y Cuauhtémoc Cárdenas. El primero creó un fideicomiso para niños y programas de apoyo para educadores de la calle y para casas albergues, manejadas por ONG. Después Cárdenas hizo esfuerzos por dar continuidad al fideicomiso y los programas.
Pero desde el 2000 en que AMLO tomó la jefatura de gobierno y hasta la fecha, la niñez dejó de ser importante. En cambio creció el interés y el presupuesto para los adultos mayores durante los últimos 17 años: ¿será porque esa población sí puede votar y los niños no?
Uno de los hechos más inmorales que tiene lugar en todo México es el abandono brutal de niños y adolescentes por parte de los gobernantes.
Al proponer una constitución moral que –como bien se ha dicho ya– es innecesaria si se cumple la Constitución que ya tenemos, AMLO citó públicamente el Nuevo Testamento para decir que Jesús manifestó su preferencia por los pobres y los niños
. Pero claro que ese Jesús no andaba en busca de votos.
En este periodo de intercampañas confiamos en que todos los candidatos elaboren propuestas y programas para proteger a la población infantil vulnerada hoy por la explotación, la trata, la pornografía, la prostitución, la violencia policial, el consumo temprano de alcohol y drogas y por su incorporación a la narcoactividad.
Si hoy existe una Secretaría de Desarrollo Social en la estructura del GDF, se puede crear otra especial para niños y jóvenes, de tal manera que las necesidades adultas no acaparen los recursos.
También hay que considerar que por la cantidad de población menor de edad que hay en CDMX y por la gravedad de problemas que la afectan, debiera seguirse el ejemplo de países nórdicos y crear la figura del ombudsman de menores con facultades legales para defenderlos con prontitud.
Hay que pensar en la infancia: hacerla poderosa. Los niños no votan pero votarán.