Veinte años del Progresa-Oportunidades-Prospera (POP). Hora de decidir su futuro
Muestro que la focalización que Levy supuso eficiente ha sido un desastre
n la entrega del 9 de marzo analicé los dos tipos de errores de focalización en el Progresa-Oportunidades-Prospera (POP): de exclusión, EE (dejar fuera del POP a pobres extremos, PE) y de inclusión, EI (beneficiar a no PE). En la entrega anterior incluí cuadros que identifican ambos errores a escalas nacional y rural, pero no desglosé los datos urbanos, lo cual hago hoy en el Cuadro 1 y, para facilitar la comparación con los errores rurales, incluyo nuevamente los datos de esa zona. Una de las conclusiones que derivé es que la presencia de ambos errores es muy alta en el índice nacional y es diferente entre los medios urbano y rural (Cuadro 1). En efecto, del EE nacional que es de 14.7 millones (m), 78.9 por ciento (11.6 millones) es urbano y sólo 21.1 por ciento (3.1 millones) rural; en cambio, el EI, 13.1 millones en el país, se distribuye casi en partes iguales: 6.8 millonres urbana y 6.3 millones rural. Esto indica que el análisis de la focalización debe hacerse siempre distinguiendo ambos medios, pues los promedios nacionales ocultan sus grandes diferencias.
En un programa focalizado ocurre algo similar a lo que sucede cuando en la feria queremos tumbar los patitos metálicos disparándoles con un rifle de municiones. Hay cinco figuras y el objetivo es tumbarlas a todas (si lo logramos, recibimos un premio). Las municiones se venden por pieza. La proporción entre municiones compradas y patitos la denominamos suficiencia, S. Si compramos cinco municiones, S = 1.0; si tenemos muy buena puntería (eficiencia, E) y acertamos todos los tiros, E =1.0. La combinación de suficiencia y eficiencias, cuando ambas valen 1.0, produce el resultado deseado: tumbamos todos los patitos. Al resultado final, qué proporción de los patitos tumbamos, le llamamos cobertura (C). Nótese que la cobertura es igual al producto de la suficiencia (1.0) y la eficiencia (1.0), es decir C=SE (1.0 por 1.0 es igual a 1.0). A nuestro lado, haciendo lo mismo que nosotros, hay dos personas. La de la derecha compra también cinco municiones (S=1.0), pero tiene mala puntería (baja eficiencia, E=0.4) y sólo tumba dos de los cinco patitos. La fórmula general C=S*E es en este caso 0.4 =1.0*0.4. La persona a nuestra izquierda compra tres municiones (S=0.6) y tiene tan buena puntería como nosotros, E=1.0, por lo cual tumba tres patitos. Su cobertura será 0.6 (C=0.6*1.0). La moraleja de esta historia es: si quieres tumbar los cinco patitos es condición necesaria comprar al menos cinco municiones; S debe ser igual o mayor que 1 (S ≥ 1.0). Pero si tenemos mala puntería, tenemos que compensarlo comprando más de 5 municiones (S >1.0). La persona de nuestra derecha tendría que comprar 13 municiones, S = 2.6, para que multiplicada por E=0.4, diera una C=1.02. La persona de la izquierda logrará la C=1.0 aumentando la S a 1.0 (comprando dos municiones más), puesto que E =1.0.
En el Cuadro 2 he calculado (con Araceli Damián y Rodolfo de la Torre López) S, E y C para el POP, a partir de la base de datos de la ENIGH 2014. El objetivo del POP es beneficiar, con su conjunto de transferencias monetarias y otras prestaciones, a toda la población en pobreza extrema (PE) del país, misma que constituye su población objetivo (PO), sus patitos. Define la población en PE como la que tiene un ingreso menor a la línea de bienestar mínimo (LBM) del Coneval. En el país había en 2014 27.6 millones de PE con esta definición. La PO del POP es igual a los 27.6 millones que viven en PE. El objetivo se alcanza si todos ellos son beneficiarios (B, los llamo PEB en el Cuadro 2). Si todos ellos son B, la cobertura (C) es igual a 1.0. En lugar de municiones, ahora tenemos beneficiarios (B). La condición necesaria (pero no suficiente) para que los 27.6 millones de PE sean PEB es que B ≥ 27.6 millones, en cuyo caso S ≥ 1.0. Es decir, calculamos S dividiendo B entre PE (S= B/PE). Si B≥ 27.6 millones significaría que el gobierno federal estuvo dispuesto a gastar un monto suficiente para otorgar el paquete de beneficios a todos los PE o PO como algunos en la feria estuvimos dispuestos a comprar cinco municiones. Como se aprecia en el renglón uno del Cuadro 2, esta condición se cumplió de manera sobrada en el medio rural (S = 1.344). Los valores en millones de personas que dan lugar a este valor los podemos ver en el Cuadro 1 que nos informa que en el medio rural había 10.7 millones de PE y una B mayor: 14.4 millones. Podríamos pensar que el POP compró más municiones de las necesarias suponiendo que su puntería no era perfecta. Pero esto no parece funcionar en el medio urbano, donde S = 0.689. ¿Por qué el gobierno federal habría comprado menos municiones de las necesarias aun suponiendo puntería perfecta en el medio urbano, mientras compraba más de las necesarias en el medio rural? Nótese (Cuadro 2) que, a escala nacional, S = 0.943, lo que refleja que incorporó 26 millones de B cuando la PE era de 27.6 millones. Es decir, casi habría comprado suficientes municiones suponiendo excelente puntería, pero una parte las asignó al rifle equivocado.
Ahora bien, en el renglón dos del cuadro podemos ver la puntería (eficiencia, E) del POP en ambos medios y a escala nacional: se trata de valores de E muy bajos en ambos medios, y un poco más reducidos en el urbano (0.455) que en el rural (0.529); a escala nacional E es prácticamente igual a 0.5 (0.496). Los tres valores son muy cercanos, y el nacional casi idéntico al resultado de un volado: B si cae águila; no B si cae sol. En el cuadro 2 se indica que la E se calcula dividiendo el número de PEB (pobres extremos beneficiarios, es decir, incluidos en el POP) entre el total de B. Expresa qué proporción de los B son PE. Debería ser 1.0. Toda la desviación (cercana a 50 por ciento, casi exacta, al escala nacional), se explica por los errores de inclusión (EI). En el Cuadro 1 se pueden hacer las sumas de los EI de ambos medios y se verá que son 13.2 millones de un total de B de 26.1 millones, cuyo cociente es igual a 0.506 que, salvo un pequeño error de redondeo, suma 1.0 con el valor de E de 0.496.
Con esta puntería (E) de 0.496 a escala nacional, se requeriría una S levemente mayor a 2 (2.02), lo que supondría que el número de B fuese 55.8 millones, para atinarle a los 27.6 millones de PE. En el renglón tres del Cuadro 2 se presentan los valores de C, donde se aprecia que la C rural (0.712) es más del doble que la C urbana (0.312) y que a escala nacional es de (0.468), menos de la mitad. Puesto que C mide qué proporción de los PE son B del POP (PEB), está claro el fracaso enorme del programa emblemático de la política social neoliberal que sólo está atendiendo a la mitad de su PO, 20 años después de haberse puesto en marcha y a menos de una tercera parte de los PE urbanos. ¿Por qué entonces se congeló el número de hogares B del POP cuando se alcanzaron los 5 millones en 2005 (se mantuvo la cifra hasta 2008, después sólo se aumentó por la crisis en 2010 y se volvió a congelar hasta 2012 en 2.8 millones de hogares, cuando se incorporaron masivamente los beneficiarios del Programa de Apoyo Alimentario, PAL) al POP? Los funcionarios de Sedeso que tomaron la decisión de congelar el número de hogares, argumentando que ya cubría a todos los PE (confundiendo suficiencia con cobertura), hicieron suyo el otro error de Levy. Lo que Meghnad Desai ha llamado la arrogancia desmesurada
de los economistas, que va junto con su desprecio de la evidencia, explica este desastre. En la próxima entrega analizaré la suficiencia y la eficiencia por entidad federativa y, en cada una, por área rural y urbana.