En el mundo se estima que sólo 34 por ciento de los adolescentes puede dar prueba de un conocimiento preciso sobre la prevención y la transmisión del VIH, alerta la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), mientras dos de cada tres niñas no sabían qué pasaba cuando tuvieron su primera menstruación.

En el documento Orientaciones Técnicas Internacionales sobre Educación en Sexualidad, el organismo multinacional destaca que demasiados jóvenes reciben información confusa y contradictoria sobre las relaciones y el sexo a medida que hacen la transición de la niñez a la edad adulta.

En una edición revisada del texto original de 2009, la Unesco propone acciones y recomendaciones con la finalidad de garantizar la impartición de una educación sexual integral que permita a los adolescentes llevar una vida segura, productiva y satisfactoria.

Tras recordar que las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte en mujeres de 15 a 19 años de edad, la organización subraya que la educación en sexualidad, tanto en la escuela como fuera de ella, no aumenta la actividad sexual, el comportamiento sexual de riesgo o los índices de enfermedades de transmisión sexual o de VIH.

Alerta que los programas formativos que proponen únicamente la abstinencia no tienen ningún efecto en el retraso de la iniciación sexual ni en la reducción de la frecuencia de las relaciones sexuales o el número de parejas, mientras los programas que combinan el retraso de la actividad sexual con el uso de preservativos u otros métodos anticonceptivos resultan más eficaces.

La Unesco propone la elaboración de planes de estudio adaptados a contextos locales y de acuerdo con la edad de los educandos. Plantea que la educación sexual integral comience con alumnos de cinco a ocho años de edad; continúe con estudiantes de nueve a 12, siga con los 12 a 15 y luego con los de 15 a 18 años.

Agrega que las orientaciones incorporan ocho conceptos clave, como relaciones; valores, derechos, cultura y sexualidad; comprensión de género; violencia y seguridad; habilidades para la salud y el bienestar; el cuerpo humano y el desarrollo; sexualidad y comportamiento sexual, y salud sexual y reproductiva.