El legado del experto español estaba en manos del mexicano Jorge Larriba Sahd
Martes 13 de marzo de 2018, p. 3
Querétaro, Qro.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), por primera ocasión registró como patrimonio de la humanidad un acervo científico mexicano que tenía en su poder Jorge Larriba Sahd, doctor en ciencias, mecenas de Rafael Lorente de No (Zaragoza, 1902-Tucson 1990), neurocientífico español y figura relevante de la neurofisiología moderna.
Se trata de 250 láminas de la obra gráfica del científico, un microscopio y cinco textos, que en vida legó a Jorge Larriba, especializado en las líneas de estructura microscópica del sistema límbico de los mamíferos, y estructura tridimensional de la corriente migratoria rostral en el Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Juriquilla.
Larriba señaló a La Jornada que Lorente de No fue discípulo de Santiago Ramón y Cajal, considerado el padre de la neurobiología básica y premio Nobel de Medicina de 1906.
Técnica de cámara lúcida
Lorente de No realizó a mano diversos dibujos basado en la técnica de cámara lúcida, que consiste en observar desde el microscopio una célula y de forma simultánea plasmarlo en papel, como si se tratara de un espejo o de un dibujo calcado.
En una demostración de esa técnica, Larriba explicó que ésta permitió conocer la estructura del cerebro, así como cuántas neuronas, ramas y conexiones tiene.
Al mostrar una lámina con uno de los dibujos, con la dedicatoria para el doctor Larriba. Rafael Lorente de No. Tucson, Arizona, 1987
, explicó que ninguno de los discípulos de Ramón y Cajal logró plasmar en detalle el cerebro como lo hizo Lorente de No.
Conocer cómo está estructurado el cerebro y cómo funcionan las neuronas; por ejemplo, qué área se encarga del habla o del funcionamiento de los ojos, permite generar conocimiento sobre la realidad microscópica, daños y posibles soluciones.
Larriba señaló que en los años 80, cuando realizó estudios de posgrado en Estados Unidos, conoció a Lorente de No, con quien convivió los últimos cuatro años de vida del español. Éste le regaló una parte de su obra gráfica, un microscopio y varios especímenes de estudio
.
El investigador de la UNAM buscó que parte de esa obra se incluyera en el legado de Ramón y Cajal en España, para lo cual, donó 10 láminas con los dibujos de Lorente de No. Esa fue la punta de lanza para que comenzara el proceso a fin de que la Unesco distinguiera el acervo del neurocientífico.
El organismo determinó incorporar al Programa Memoria del Mundo el archivo Ramón y Cajal, en el que se incluyó el acervo donado a Larriba por Lorente de No.
El pasado 4 de marzo, la Unesco entregó la declaratoria en la Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería a Larriba por los estudios sustanciales sobre el sistema nervioso en la obra de Lorente de No.