Opinión
Ver día anteriorLunes 12 de marzo de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

TPP: ¿qué fue del original?

Recortan dos terceras partes

Trump: el burro y sus orejas

D

el plan original, casi dos terceras partes simplemente terminaron en el bote de basura, pues tras la tajante negativa –apenas tres días después de su toma de posesión– de Donald Trump, el Acuerdo Transpacífico de Coo-peración Económica (TPP, por sus siglas en inglés, y negociado, en su origen, por cuatro países, y firmado por 12 en febrero de 2016) canceló lo que de forma por demás alegre fue calificado de la octava maravilla en tiempos de la globalidad.

Negociado en lo oscurito por el gobierno peñanietista, el TPP –promovido por el gobierno de Obama como parte de sus intereses geoestratégico en contra de China– terminó por ser –propagandísticamente hablando– como uno de los grandes logros de la actual administración, por mucho que unos pocos meses después se cancelara –cuando menos la parte que a todas las naciones participantes les interesaba– por cortesía del esquizoide de la Casa Blanca.

Doce países dieron cuerpo al TPP, pero con la salida de Estados Unidos los 11 restantes quedaron colgadas de la brocha, y meses después anunciaron la llegada del nuevo mecanismo, bajo el muy creativo nombre de Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés), es decir, lo mismo, pero sin Estados Unidos ni su mercado, en el cual todos los participantes tenían los ojos puestos.

Pero ahora el gobierno peñanietista quiere presentar el nuevo acuerdo como su plan B ante el crítico ambiente en torno al Tratado de Libre comercio de América del Norte (TLCAN). El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputado analiza el tema y le da contexto, del que se toman los siguientes pasajes.

Ante el panorama adverso debido a la renegociación del TLCAN, el TPP puede ser una opción para las exportaciones mexicanas, además de ser una forma de presionar en el estira y afloja del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá.

Según el Centro de Estudios China-México de la UNAM, que ha investigado la relación trilateral Estados Unidos-China-México, el intercambio comercial entre México y Estados Unidos cayó de 81 por ciento en la década de los 90 a 63 por ciento en 2016, a un año de que el mandatario republicano (Trump) emitiera un discurso proteccionista desde la campaña.

En contraste, el comercio de México con China se elevó de menos uno a 10 por ciento en 2016. El gigante asiático se ha convertido en el segundo socio comercial de nuestro país en el mundo desde 2003.

Muchas de las críticas al TPP giran alrededor de los tribunales supranacionales privados, que se encuentran estipulados en el capítulo 28, ya que en éstos prevalecerán los derechos de las trasnacionales más que el interés público, la protección ambiental, la salud, la educación y la estabilidad financiera, entre otros. Debemos poner atención para no perder la soberanía nacional.

Otro factor que conviene tener en cuenta es que no debemos dejar de lado el derecho de los pueblos indígenas y de los campesinos sobre los recursos genéticos y el conocimiento tradicional, que son la base de nuestra cultura.

Es necesario subrayar la manera de realizar las negociaciones, ya que no fueron transparentes y se llevaron a cabo en absoluto silencio. La opinión pública supo del tratado por unas filtraciones efectuadas por Wikileaks.

Una crítica metodológica de la negociación es la presunta falta de transparencia: las diversas etapas del progreso del acuerdo no se hacen públicas y los congresistas de los países miembro que deberán aprobarlo es difícil que puedan acceder a ellas.

Además, a los líderes políticos involucrados en las negociaciones se les acusó de haber seguido los intereses de las grandes compañías y no de la población de los países involucrados. En particular, se criticó la cláusula que habría permitido a las empresas extranjeras cuestionar las decisiones del gobierno al solicitar el juicio de los comités de arbitraje internacionales.

Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, argumenta que el acuerdo dará como resultado garantías reducidas y una falta de protección a los derechos del consumidor. El objetivo del acuerdo sería eliminar los obstáculos al libre comercio. Según Stiglitz, los obstáculos al libre comercio son las normas para la protección del medio ambiente, la salud, los consumidores y los trabajadores.

Entre las críticas más importantes se encuentran las relacionadas con el mundo de las medicinas y los alimentos, ya que han sido objeto durante mucho tiempo de una diseminación de enfermedades generalizada y extendida, que podría aumentar con la desregulación que producirá el TPP.

Muchas organizaciones de la sociedad civil de los países pertenecientes al tratado han decidido coordinarse a mediante las redes nacionales o internacionales con el objetivo de informar y concienciar al público sobre los posibles impactos del TPP.

Además, varios economistas que utilizan diferentes modelos econométricos creen que el TPP podría conducir a una disminución salarial, así como a un aumento del desempleo y la desorganización social; una lectura contraria a la presentada por el gobierno mexicano, según la cual el TPP podría conducir a una disminución del desempleo y a un aumento de la inversión.

Según el gobierno peñanietista, el TPP tiene cuatro características principales: la primera es que mejora el acceso a mercados, pues elimina o reduce las barreras arancelarias en seis países y profundiza los beneficios que se tenían con cinco naciones con las cuales ya se había firmado un tratado; el segundo es que aborda nuevos desafíos comerciales, ya que promueve la innovación, la productividad y la competitividad.

En el tercer punto, ratifica un comercio incluyente, ya que incorpora nuevos elementos para que las economías de cualquier nivel de desarrollo y empresas de todo tamaño, particularmente las Pymes, se beneficien del comercio; en el cuarto y último punto sostiene que el tratado es una plataforma para la integración regional, porque busca potenciar el encadenamiento productivo, y que otras economías eventualmente se integren. Otro de los temas con una fuerte oposición es el relativo a las reglas de propiedad intelectual, particularmente en el ámbito de Internet.

He allí una muestra de lo que el gobierno de EPN califica de plan B para enfrentar las consecuencias por la terminación del TLCAN.

Las rebanadas del pastel

¿Estás loco?, cuestionó el orate encolerizado, mientras se vanagloriaba de su muro de la ignominia. Algo así como el burro hablando de orejas.

Twitter: @cafevega