El panorama para el sistema financiero y la economía es bueno
Mañana y el jueves los aspirantes a la Presidencia de la República se reunirán con los banqueros, en el contexto de la convención que se efectuará en Acapulco. Los empresarios escucharán las propuestas y, anuncian, después presentarán un plan estratégico
elaborado por la asociación
Miércoles 7 de marzo de 2018, p. 24
El nivel de morosidad en los créditos de empresas y familias, el más bajo en los pasados 16 años, habla de una evolución de la sociedad mexicana
y de los mecanismos utilizados por la banca para otorgarlos. Hubo tiempos en que la gente no pagaba, simplemente porque no quería. Pero ahora el que puede paga, y están pudiendo
, sostiene Marcos Martínez Gavica, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM).
Los próximos jueves y viernes Martínez Gavica será el anfitrión de los seis candidatos a la Presidencia de la República, quienes acudirán a dialogar con los banqueros en la 81 Convención Bancaria, que se realizará en Acapulco, Guerrero, acto al que también asistirá el jefe del Ejecutivo, Enrique Peña Nieto.
La banca va a escuchar las posturas de los distintos candidatos, esperamos que nos digan cosas más concretas
, dice el también presidente del consejo de administración del Grupo Financiero Santander, en entrevista con La Jornada.
Por el momento no queremos preocuparnos por eso
, responde cuando es interrogado respecto de si algún candidato presidencial genera inquietud entre los miembros del gremio bancario.
En la convención, los banqueros escucharán a los candidatos a la Presidencia y será hasta que la campaña electoral haya formalmente iniciado –lo que ocurrirá a partir de abril– cuando entregarán a los aspirantes un plan estratégico
, elaborado por la ABM, con su visión del país para los siguientes años, explica Martínez Gavica.
El panorama para el sistema financiero y la economía del país es bueno. Hasta puede sonar raro, pero se ve bien en un año que pinta mejor de lo que fue 2017, el cual no fue malo. Fue bueno para la banca y el país acabó siendo mejor de lo que se esperaba al principio
, comenta.
–Su presidencia en la Asociación de Bancos de México se inició hace un año. ¿Qué destaca de lo ocurrido en ese tiempo?
–El crédito otorgado por la banca sigue creciendo al doble de la economía y casi cuatro veces en términos nominales. Pero además de crecer varios años a esos ritmos, lo hace con una calidad en la cartera de crédito muy buena, la mejor de los pasados 16 años. La tasa de morosidad (créditos vencidos respecto de los créditos totales) es de apenas 2 por ciento. Y todo esto con un sistema que es de los mejor capitalizados del mundo.
–¿A qué atribuye que el aumento de la cartera de crédito se haya dado sin que crezca la morosidad?
–A dos cosas: los bancos están haciendo un mejor trabajo en la evaluación del riesgo de crédito y en el otorgamiento del mismo. Por otro lado, nuestros clientes cada vez tienen mayor cultura financiera y un comportamiento cívico mejor. Hay una evolución de la sociedad mexicana, y el que puede paga. Y están pudiendo. Es una evolución, porque hubo tiempos en que había gente que no pagaba porque simplemente no quería.
–En 2017 el Banco de México subió en cinco ocasiones la tasa de referencia. ¿Cómo afectaron esas decisiones de política monetaria?
–En realidad no afectaron. A los clientes, nada más en forma relativa. Todos los bancos están muy sólidos en sus balances y capital, y con planes muy agresivos de crecimiento y penetración de mercado, además de que hay un ambiente de gran competencia. Eso nos llevó a que el incremento de las tasas de referencia no se trasladara en su totalidad a los clientes. Una parte fue absorbida por las instituciones, cada una tratando de tener un mejor producto que sus competidores. Por eso dicho incremento no fue significativo en las tasas de interés que pagan los clientes.
–¿Por dónde se dará el crecimiento en el crédito? ¿Con mayor endeudamiento de las familias que ya son usuarias o con la incorporación de aquellas que no están en el sistema?
–Las dos cosas. Hay todavía un buen universo de usuarios que tienen capacidad de tomar más crédito. Pero una de las razones por las cuales hemos crecido a las cifras de doble dígito, y eso se ve que va a continuar, tiene que ver con la formalización de las personas y empresas. Esto no es más que reflejo de la reforma financiera (aprobada durante este gobierno). Esa reforma estaba hecha con la finalidad de que la banca prestara más y más barato, pero también resultó en que ha incorporado a buen número de personas y empresas a los servicios bancarios formales. Eso nos hace el pastel más grande y, por ello, podemos seguir creciendo sin meternos en problemas nosotros y nuestros clientes.
–¿Cuáles son los pasos a dar para que más personas y empresas se incorporen como usuarios de servicios bancarios?
–Es cuestión de tiempo y de que las personas vayan tomando conocimiento de los beneficios que tiene estar en la formalidad. ¿A qué me refiero? Hoy las tasas de interés en la banca son realmente competitivas. Las personas que no están en la formalidad no pueden acceder a créditos con esos costos y sus alternativas son a precios altísimos. Quizá no se dan cuenta, pero pagan arriba de 100 por ciento de interés anual por los préstamos. Estar en la formalidad tiene ventajas económicas, pero también de servicios que en la informalidad no pueden tener.
–¿El proceso de incorporación de nuevos usuarios a la banca ha sido incluyente, se da entre todos los estratos de ingreso?
–Sí, especialmente en estratos medios y medio bajos de ingresos. Ahí ha habido mayor inclusión a la formalidad que en los sectores de mayor ingreso.
–La Convención Bancaria dedica casi todo su programa al proceso electoral. ¿Qué espera de estas elecciones?
–Especialmente que el contexto en el que ocurre sea correcto, que sea un proceso democrático, transparente y realizado con mucho cuidado. Eso es lo que conviene a México y es lo que va a hacer que estas elecciones sean realmente un éxito desde el punto de vista político y social.
–¿Advierte algún riesgo?
–Por el momento, no. Si sucede eso que planteo, no debe haber ningún riesgo. Haciendo las cosas con toda limpieza, transparencia y cuidado, el riesgo de que se enoje el que pierda existe, pero si no tiene elementos para decir que perdió a mal, entonces no debería haber ningún riesgo.
–Aunque las campañas presidenciales todavía no comienzan formalmente, ¿los planteamientos que han hecho hasta ahora los candidatos presidenciales son vistos con tranquilidad por directivos e inversionistas en el sistema bancario?
–Se han dicho pocas cosas. Estamos en una etapa muy temprana todavía. Nosotros lo que sí esperamos es que en los temas que nos tocan, que son la macroeconomía y las cuestiones alrededor de ello, nos digan ya cosas más concretas. Es lo que estamos pidiendo. Independientemente de que puedan hablar de cualquier tema, que no dejen de hablar de lo que le sirve a la banca. Así también se pueden dar idea de cómo proyectar el sistema financiero para el próximo sexenio y qué tendrían que hacer para cumplir con los planes de cada aspirante.
–¿Algún candidato y, específicamente, las propuestas de Andrés Manuel López Obrador son de inquietud para la banca?
–De momento no nos queremos preocupar por eso, más que por el proceso electoral. Nos vamos a centrar en hacer nuestros planes y tratar de que la banca cumpla con lo que es su responsabilidad social y con los accionistas en términos de rentabilidad para hacer lo mejor que se pueda nuestra labor, independientemente de quién gane en el proceso electoral. Lo que espero es que en la Convención Bancaria los seis aspirantes presidenciales nos den su marco de referencia y que sea uno que dé tranquilidad a la banca y al resto del país, algo que es fundamental para que el país siga creciendo y las personas continúen teniendo una mayor calidad de vida.
–¿El gremio bancario entregará algún tipo de documento o propuestas a los candidatos presidenciales en esta convención?
–Es el momento de escucharlos. Nos parecía totalmente inadecuado entregar un documento sin antes escuchar qué piensan hacer. A lo mejor estamos pensando que nos van a decir una cosa y nos equivocamos. Tomando en cuenta lo que nos digan, a partir de ahí comenzamos a diseñar nuestro plan estratégico.