Si no aprueban ley de propaganda, incurrirán en desacato
Lunes 5 de marzo de 2018, p. 12
Pese al elevado número de pendientes en este último periodo ordinario de la legislatura en el Senado, durante febrero los avances fueron nulos. Mucho ausentismo en las sesiones, poco trabajo en comisiones que deben dictaminar los temas más urgentes y caras nuevas, de quienes suplen a los legisladores que pidieron licencia, la mayoría para contender por otros cargos de representación popular.
Desde que se inició la legislatura, 37 senadores titulares se marcharon y su lugar lo ocuparon suplentes, que llegan a enterarse apenas de los temas por dictaminar. Tres ex presidentes del Senado: Pablo Escudero, del PVEM; Roberto Gil Zuarth, PAN, y Miguel Barbosa, del PT-Morena, dejaron sus escaños recientemente, este último para contender por el gobierno de Puebla.
El proceso electoral ya causó estragos. Hay 14 comisiones sin presidente, la senadora del PRI Cristina Díaz estuvo dos semanas de licencia, por lo que la presidencia de la Comisión de Gobernación apenas fijó la ruta legislativa para dictaminar la Ley de Propaganda Gubernamental, que debe aprobarse antes de que concluya el periodo de sesiones –el 30 de abril– como lo ordenó la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
El Congreso ha estado en falta desde hace 11 años, en que debió aprobar esa legislación encaminada a regular la aplicación de recursos públicos en los medios de comunicación, pero ahora sí tiene que hacerlo, pues tanto el Senado como la Cámara de Diputados incurrirían en desacato a la SCJN.
Otra comisión con un tema relevante que estuvo sin presidente varias semanas fue la de Trabajo y Previsión Social, ya que el entonces senador del PRI, Miguel Ángel Chico Herrera, pidió licencia para contender por la candidatura al gobierno de Guanajuato. No lo logró y dejó al tricolor para pasar a Morena.
Ahora el PRI quiere quitarle la presidencia de esa comisión, encargada de dictaminar la ley reglamentaria sobre justicia laboral, a la que el PT-Morena se ha opuesto. Mientras, el plazo legal establecido por los propios legisladores en un transitorio de la reforma constitucional en la materia, venció el pasado 25 de febrero.
Como si el Senado no tuviera cerca de 50 nombramientos por ratificar, entre ellos del fiscal y los 18 magistrados anticorrupción, y una decena de leyes urgentes como la de la Fiscalía General de la República, la legislación para endurecer las penas por el robo de hidrocarburos, las modificaciones al derecho de réplica, con base en los señalamientos de la SCJN, además de un rezago de mil 322 iniciativas y 311 minutas, el periodo de sesiones se inició con un puente vacacional de siete días.
Los senadores acudieron a San Lázaro para la apertura, pero sólo sesionaron hasta el 8 y cada vez con muchos senadores ausentes. De los siete días que sesionaron sólo en uno la asistencia fue superior a cien, en las demás apenas acudieron 80 legisladores.
Durante marzo el panorama ha sido similar. La sesión del pasado jueves empezó con 82 senadores, pero en la última votación sólo quedaban 75, más ocupados en otros asuntos que en la agenda que se discute en el pleno, la mayor parte de las veces de temas irrelevantes. Un ejemplo es el dictamen aprobado por mayoría para declarar el último día de febrero como el día de las enfermedades raras
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