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La medida complicaría la producción de autos, tema álgido en la negociación del TLCAN

Provoca Trump posible guerra comercial por aranceles al acero

Anuncia el presidente de EU que la tarifa será de 25%

Habrá consecuencias imprevistas, advierte consejero mexicano

Es inaceptable, señala Canadá; analiza la UE medidas similares

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Durante una reunión con líderes de la industria del acero y el alumino en la Casa Blanca, el presidente estadunidense, Donald Trump, anunció que la próxima semana decretará la imposición de aranceles a la importación de esos metalesFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de marzo de 2018, p. 18

Washington.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desató ayer vientos de guerra en el comercio mundial al anunciar la imposición de aranceles a la importación de aluminio y acero. El anuncio se dio en el desarrollo de la séptima ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En la Ciudad de México, los negociadores que buscan actualizar el acuerdo fueron sacudidos ante la perspectiva de una batalla por posibles aranceles estadunidenses al acero, que podría complicar la producción de automóviles en la región, uno de los temas más álgidos de las conversaciones tripartitas.

Durante una reunión en la Casa Blanca con representantes de la industria siderúrgica estadunidense, Trump adelantó que las tarifas al acero ascenderían a 25 por ciento y en la importación de aluminio a 10 por ciento. Será la próxima semana cuando el presidente estadunidense firme la orden para imponer los montos.

Ustedes tendrán protección por mucho tiempo. Deben reconstruir su industria, es todo lo que pido, dijo a los empresarios.

El gobierno estadunidense afirma que los aranceles protegerán a la industria y a los empleos en Estados Unidos, pero economistas advierten que el impacto de los aumentos de precios a los consumidores de acero y aluminio, como las industrias automotriz y petrolera, destruirán más fuentes de trabajo de las que generen.

La medida representa un nuevo paso en el proteccionismo estadunidense y abre las puertas a una eventual guerra comercial, especialmente con China, la Unión Europea y Canadá, que es el principal abastecedor de acero y aluminio a Estados Unidos.

Los fabricantes de autos y otros usuarios de los metales también están preocupados por los aranceles de represalia que podrían afectar a sus productos terminados.

En el contexto del TLCAN, 62.5 por ciento del costo de un automóvil o camión ligero debe originarse en Norteamérica para evitar aranceles. Trump pretende que el umbral aumente a 85 por ciento y busca asegurar que la mitad del contenido total de piezas sea fabricado en Estados Unidos.

A mediados de febrero, la administración estadunidense dio a conocer tres escenarios para gravar las importaciones de aluminio y acero. La opción finalmente adoptada fue la imposición de un arancel general a la introducción del metal de cualquier país de al menos 24 por ciento. Las medidas no excluirían ni a México ni a Canadá, sus socios en el TLCAN.

Impacto financiero

Con la noticia, las acciones de fabricantes de autos y de otros grandes consumidores de acero y aluminio como General Motors, Ford, Boeing y Caterpillar aumentaron sus pérdidas. También cerraron a la baja en Wall Street. El índice Dow Jones cayó 1.68 por ciento, Standard and Poor’s 500 perdió 1.33 y el Nasdaq retrocedió 1.27 por ciento.

Los avisos de represalias a las medidas comerciales de Wa-shington no se hicieron esperar en varios países de ambos lados del Atlántico. En México, Moisés Kalach, el coordinador del consejo consultivo estratégico de negociaciones internacionales, señaló que el llamado de Trump a un arancel de 25 por ciento sobre el acero importado pareciera destinado a aumentar el contenido de Estados Unidos en productos industriales y que tendría consecuencias imprevistas.

¿Quién es la prioridad aquí? ¿Trabajadores? ¿Consumidores? Alguien terminará pagando por esto, advirtió Kalach a Reuters en el contexto de la séptima ronda de negociaciones del TLCAN. ¿Qué va a pasar con la competitividad de América del Norte?, cuestionó.

En la sede de la renegociación, Kalach indicó que sólo se trata de especulación de que esas medidas se aplicarán a México, ya que todavía no se publica la llamada sección 232 de la Ley de Expansión Comercial.

Por su parte, la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero (Canacero) sostuvo que en caso de que México sea incluido en la lista de países afectados pedirá que se responda con las mismas medidas. El organismo empresarial coincidió en señalar que es preciso esperar al anuncio oficial de la próxima semana.

En tanto, José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, señaló que la medida no causaría daño a las empresas mexicanas, porque su posición en el mercado estadunidense no rebasa 4 por ciento del total de importaciones de acero. Calculó que en caso de aplicarse el arancel, el daño puede ser de entre mil 300 a mil 500 millones de dólares por las exportaciones que dejará de hacer México.

El ministro canadiense de Comercio Internacional, François Philippe Champagne, afirmó ante el parlamento que su país considerá inaceptable cualquier eventual tasa aduanera de Estados Unidos a sus exportaciones de acero y aluminio.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, afirmó que se reaccionará con firmeza y proporcionalmente para defender (sus) intereses, y agregó que presentarán en los próximos días una propuesta de réplicas contra Estados Unidos compatibles con las reglas de la Organización Mundial de Comercio para requilibrar la situación.

Además, la decisión podría aumentar las tensiones con China. El anuncio sobre la imposición de tarifas ocurrió mientras Liu He, asesor económico del presidente chino Xi Jinping, estaba de visita en Washington y tenía programado reunirse con funcionarios de la Casa Blanca.

En el diálogo sobre el TLCAN, funcionarios estadunidenses, mexicanos y canadienses planean agendar discusiones sobre reglas comerciales para la producción de automóviles en América del Norte si no hay avances en la actual ronda de negociaciones, dijeron dos personas familiarizadas con el tema.

Las conversaciones sobre el rubro fueron suspendidas esta semana, cuando el negociador estadunidense, Jason Bernstein, regresó inesperadamente a Wa-shington para consultas con la industria. Las fuentes dijeron que es poco probable que regrese. El plan sería organizar las pláticas tan pronto como las tres partes puedan acordar una fecha.

Respecto del capítulo en materia energética, México, Estados Unidos y Canadá están de acuerdo en los objetivos, pero aún trabajan en la fórmula para concretarlo, expresó el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Por otro lado, Kenneth Smith Ramos, jefe del equipo negociador mexicano, confirmó en un tuit que se cerró el capítulo sobre prácticas regulatorias en la séptima ronda y ponderó que con ello se demuestra el compromiso de México para modernizar el TLCAN y contribuye a la transparencia y la competitividad.

Para el presidente del CCE, Juan Pablo Castañón, con el cierre de dicho capítulo los tres socios comerciales tendrán la misma regulación, lo cual representa un gran avance.