Inflación por arriba de la meta
Golpea a los de menor ingreso
Al alza energéticos y alimentos
ue la inflación está bajo control
, cacarean en las altas esferas gubernamentales, por mucho que el índice nacional de precios al consumidor se mantenga muy por arriba de la meta del Banco de México y que los principales afectados sean, como siempre, los más fregados (los de ingreso más bajo).
Sobre el particular, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, analiza el tema y de él se toman los siguientes pasajes.
Luego de los elevados niveles inflacionarios observados a lo largo del año pasado, las cifras de enero de 2018 reflejaron una mejora, particularmente porque los incrementos en los precios de los combustibles y de algunos alimentos fueron de una magnitud inferior a los registrados durante el mismo mes de 2017. Por otro lado, los resultados de la actividad industrial fueron desalentadores y ello quedó de manifiesto con el desempeño reflejado durante diciembre pasado, cuando incluso las manufacturas presentaron variaciones negativas.
La inflación anualizada en enero se ubicó en 5.5 por ciento, inferior al 6.8 por ciento reportado en diciembre, pero todavía superior al 4.7 por ciento reportado en el primer mes del año pasado. Los mayores incrementos en el nivel de precios se vieron influenciados por la evolución de las tarifas de los energéticos que alcanzaron un incremento generalizado de 7 por ciento, así como por el aumento en el precio de los alimentos que totalizaron un crecimiento de 8.1 por ciento.
Si bien el aumento de los energéticos fue significativo, en esta ocasión no fueron las gasolinas las que contribuyeron en mayor medida a dicho incremento, sino el gas doméstico LP (que consume la mayoría de los mexicanos) cuyo crecimiento en su nivel de precios fue de 25.9 por ciento. Las gasolinas de alto y bajo octanaje registraron aumentos de 3.1 y 3.8 por ciento, respectivamente, ya que el ajuste principal en sus precios se presentó justamente durante el mes de enero del año pasado.
Al revisar el desempeño de la inflación en las principales ciudades del país se aprecia un comportamiento heterogéneo. Del total de las 46 localidades contabilizadas, 27 de ellas presentaron incrementos en sus niveles de precios por debajo de la media nacional (5.5 por ciento); sin embargo, solamente Mexicali (3.7) presentó cifras dentro de la meta del Banco de México. De esta forma, las ciudades con la inflación más elevada del país fueron Tulancingo (7.9), Cortázar (7.6) y Fresnillo (7), en tanto que los incrementos menos significativos se dieron, sin contar a Mexicali, en Monterrey, Matamoros y Ciudad Acuña (4.2 cada una). En la CDMX fue de 6.3 por ciento.
En cuanto al objeto del gasto, los niveles inflacionarios más altos se presentaron en los alimentos (8.1 por ciento), seguidos por los servicios de salud (5.8). En el caso de los servicios de transporte, su incremento fue de 5.1 por ciento, que si bien se ubica dentro de los tres más altos en cuanto al objeto del gasto de la población, contrasta con el 12.2 por ciento de enero del año pasado. En contraste, los servicios educativos (4.3) y la vivienda (4.1) reportaron los incrementos más moderados durante el primer mes del año en curso.
El aumento significativo en el nivel de precios de los alimentos se explica principalmente por los incrementos en algunos productos de consumo frecuente. En este sentido, los crecimientos de mayor magnitud se registraron en huevo (21.9 por ciento) y jitomate (43.6). Destaca el desempeño de este último producto, pues en enero de 2017 su precio había registrado una variación negativa de 40.7 por ciento.
Los energéticos registraron un nivel inflacionario menor en comparación con lo observado en enero del año pasado (7 por ciento con respecto al 16.3 de 2016). El principal impulsor del nivel de precios de los energéticos fue el gas doméstico LP con un aumento de 25.9 por ciento. En contaste el comportamiento de las gasolinas fue más moderado al compararlas con lo reportado el año pasado cuando en el mejor de los casos el aumento había rebasado 25 por ciento; en esta ocasión, el precio de la gasolina de bajo octanaje creció 3.8, en tanto que el de alto octanaje se ajustó al alza 3.1. Por su parte, las tarifas de la electricidad aumentaron 1.5.
Al analizar la inflación en torno al nivel de ingresos de la población se aprecia que los más afectados fueron aquellos que perciben entre uno y tres salarios mínimos (la mayoría de los trabajadores registra ese nivel de ingreso), pues el aumento fue de 6.6 por ciento. Por el contario, quienes reciben más de 6 salarios mínimos registraron la inflación más baja del periodo al mostrar un incremento de 5.1 por ciento.
Por otro lado, la industria mexicana ha mostrado una desaceleración paulatina a lo largo de los pasados tres años culminando con cifras negativas en 2017. La caída acumulada de la actividad industrial a lo largo del año pasado fue de 0.6 por ciento como respuesta a las caídas de 0.2 en la generación de energía eléctrica y suministro de agua, de uno por ciento en la construcción y de 9.8 en el sector de la minería; solamente las manufacturas se ubicaron en terreno positivo al aumentar 2.9, limitando con ello la evolución negativa del a actividad industrial. Sin embargo, el desempeño de las manufacturas ha perdido empuje en los meses recientes y esto podría traducirse en un obstáculo importante que la industria nacional deberá sortear a lo largo de 2018.
Al revisar las cifras de diciembre del año pasado, las manufacturas exhibieron una caída de 0.1 por ciento con respecto al mismo periodo de 2016. De esta forma, el último mes de 2017 resultó desfavorable para el principal motor de crecimiento de la actividad industrial debido a que el avance de sus componentes de mayor peso registró variaciones negativas.
Aun cuando el sector de la construcción y la generación de energía eléctrica y suministro de agua comienza a repuntar, esto no será suficiente impulso para que la actividad industrial de nuestro país pueda regresar al terreno positivo, más aun cuando las manufacturas han empezado a dar signos de moderación en su crecimiento. Contar con una industria debilitada en un entorno con una inflación elevada, que en el mejor de los escenarios regresará a un nivel aceptable hasta finales del año, no son buenas noticias para el crecimiento económico esperado en el 2018.
Las rebanadas del pastel
De plano, la madre natura nos odia. ¡Qué susto!
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