Berlín.

Los filmes de animación conquistan el mundo con Coco o Ferdinand, los ejemplos más notables. La Berlinale no podía quedarse atrás al inaugurar la edición 68 y por primera vez con una película animada: Isle of Dogs (Isla de perros), del estadunidense Wes Anderson (Texas, 1968), elaborado filme realizado con la técnica de animación más antigua, denominada stop motion.

Estas producciones no son parte de lo que se conoce como dibujos animados o animaciones por computadora. Se trata de producir movimientos animados de objetos reales, ya sean éstos de plastilina o juguetes, en una sucesión de fotos con pequeñas variaciones para proyectar un efecto de movimiento. Entre más fina sea la modificación para crear este efecto, la animación será más realista.

En en el caso del trabajo de Anderson, gran variedad de personajes caninos en una historia que se desarrolla en Japón son confiscados y abandonados en una isla.  El considerado mejor amigo del hombre es víctima de un corrupto sistema de gobierno que ahora lo desprecia.

A fin de no perder el ingrediente glamoroso del festival, los personajes que dieron voz a los desdichados canes en Isla de perros se presentaron en conferencia de prensa: Bill Murray, Tilda Swinton, Jeff Goldblum y Greta Gerwif. Murray se refirió a Isla de perros como una especie de We are the world con las mejores voces.

Por su parte, Anderson reconoció haber homenajeado con este trabajo al realizador de culto japonés Akira Kurosawa, en el cual se recrea un mundo después de una catástrofe nuclear –Fukushima–, siendo la traición, el abandono y el aniquilamiento al más leal amigo del hombre, el perro, reflejo de la pérdida de los valores más fundamentales del ser humano.

Anderson fue premiado en Berlín con el Gran Premio del Jurado en 2014 por El gran hotel Budapest.

Diecinueve filmes compiten por el Oso de Oro en el primer encuentro anual de uno de los festivales de cine europeos más prestigiados, que concluirá el 25 de febrero.