n junio de 2017, el entonces secretario de Hacienda, José Antonio Meade, presumía que hay buenos resultados en la estrategia contra el robo de combustible y las tomas clandestinas. Así, rapidito y de buen modo, el ahora candidato tricolor daba respuesta a su jefe, Enrique Peña Nieto, quien un mes antes –el 5 de mayo de ese mismo año– ordenó un plan integral en contra de tales delitos federales.

Y tan buenos resultados rendía el otrora titular de Hacienda y las instituciones involucradas en dicho plan integral (Sedena, Semar, PGR, Energía, Pemex y la propia SHCP), que en los hechos el número de tomas clandestinas se incrementó 50 por ciento, al pasar de 6 mil 873 al cierre de 2016 a 10 mil 363 en 2017, de acuerdo con las cifras oficiales.

En los hechos, pues, lejos de los buenos resultados el robo de combustible y las tomas clandestinas se han incrementado de forma exponencial (y el daño a las finanzas de Pemex y al erario), pues allá por el año 2000 el número de éstas últimas no pasaba de unas cuentas decenas, para incrementarse a más de 10 mil en 2017. Y de este meteórico aumento han sido responsables tres inquilinos de Los Pinos (Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto), cada uno de ellos con su respectivo cuan fallido plan integral y sus medidas estratégicas.

Al inicio de su mandato, Fox reportó unas cuentas decenas de tomas clandestinas, pero cerró sexenio en 204 (las cifras son de Pemex); con éste último balance llegó Calderón (quien, como Secretario de Energía de Fox, tuvo responsabilidad directa en este asunto, al igual que Meade como Secretario de Hacienda del tal Jelipe), quien al término de su administración ese número se había incrementado a mil 744, proporción que recibió Peña Nieto, sólo para llevarla a 10 mil 363 en diciembre del año pasado.

Como tiempo atrás se documentó en este espacio, en lo que va del nuevo siglo, con sus tres gobiernos (dos panistas, uno tricolor), siete han sido los titulares de Hacienda; ocho los de Energía; siete los de Pemex; tres los de Sedena y Semar, y decenas los de la PGR (instituciones oficialmente incluidas en el combate al mercado ilícito de combustibles y las tomas clandestinas) los llamados huachicoleros gozan de cabal salud, poderío económico, viven en el paraíso y su negocio es boyante, con todo y los buenos resultados presumidos por José Antonio Meade.

En otro orden, el análisis semanal (del que se toman los siguientes pasajes) del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, señala que de acuerdo con las cifras del Inegi en 2017 el producto interno bruto (PIB) del país se incrementó 2.1 por ciento.

Si bien las actividades secundarias se ubicaron en terreno negativo a partir del segundo trimestre del año pasado, el desempeño de las terciarias permitió que la economía mexicana obtuviera dicho resultado. Parte del impulso que recibió el sector de los servicios a lo largo del año pasado tiene que ver con la recuperación observada en el indicador de confianza del consumidor, el cual ese año inició en 68.6 puntos en enero y finalizó con 88.6 puntos en diciembre.

Uno de los factores que tuvo una aportación significativa en la recuperación de las expectativas de los consumidores fue la evolución del indicador que mide las posibilidades de los miembros del hogar, con respecto al año pasado, para adquirir un bien durable, como muebles, televisores, electrodomésticos, etcétera, ya que en su comparativo anual registró un incremento de 37.8 por ciento en enero pasado.

Sin embargo, durante los primeros meses del año en curso la confianza del consumidor podría moderar su ritmo de recuperación afectada por los altos niveles inflacionarios registrados a lo largo de 2017. De hecho, la tendencia de dicho indicador ha comenzado a mostrar señales de estancamiento debido a que al comparar el desempeño de diciembre de 2017 contra enero de 2018, de los cinco elementos que conforman al indicador de confianza del consumidor en cuatro de ellos se presentó un incremento marginal de apenas 0.2 por ciento en el mejor de los casos.

Por otro lado, la confianza empresarial también mostró una recuperación desde mediados del año pasado, de tal forma que manufacturas, comercio y construcción han exhibido variaciones positivas en sus indicadores de confianza durante siete meses consecutivos.

No obstante, al analizar de manera específica cada uno de los elementos que forman parte del indicador de confianza empresarial para cada una de las industrias citadas, se aprecia que la menor evolución se da en el que mide las opiniones de los empresarios en torno al momento adecuado para invertir, siendo el componente que registra el nivel más bajo.

Lo anterior se ve reflejado en los niveles de formación bruta de capital de nuestro país. Durante los primeros 11 meses de 2017 la inversión fija bruta decreció 1.8 por ciento con respecto al mismo periodo de 2016. Sin duda, la menor cantidad de recursos destinados a las obras de inversión e infraestructura fue una de las causas principales que limitó severamente la evolución de la inversión en construcción.

Buscar un equilibrio en las finanzas públicas al controlar la deuda y mantener bajo control las variables macroeconómicas ha traído como consecuencia una menor inversión en actividades productivas, sacrificando incluso la evolución del crecimiento económico. De esta forma, es necesario ejercer un mejor control en el gasto de los recursos públicos, asegurándose que realmente se destinen a las obras o actividades para las cuales fueron autorizados.

Las rebanadas del pastel

De la lectoría y el moderno servicio a domicilio: “la empresa Ubereats presumió su sistema de envío de alimentos a domicilio como la octava maravilla, pero en realidad es un desastre, porque en las últimas semanas de cinco pedidos que realicé me canceló cuatro, sin explicación alguna de por medio y con el hambre desatada. Eso sí, a la hora del cobro automático a tarjeta de crédito resulta una verdadera leona, pues no se le va una. Es una vergüenza que empresas como la citada se presenten como la ‘gran solución’ a la ajetreada vida cotidiana en una megalópolis como esta, aunque a la hora de la hora es impresentable”. La BMV sigue en picada: ayer el índice de precios y cotizaciones cayó 1.28 por ciento para cerrar la semana con un desplome acumulado de 6.4 por ciento. Ayer el dólar se vendió (Bancomer) hasta en 19.31 masacrados pesitos.

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