Una gran cantidad de habitantes de Acapulco sufre problemas físicos y sicológicos por los altos niveles de violencia ante los cuales las autoridades han tenido nula respuesta, debido tanto a su falta de capacidad como de voluntad política, advirtió Carmen Rodríguez, de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).

En entrevista, subrayó que en ese municipio existe una necesidad no cubierta de un abordaje médico integral, donde se consideren las dolencias físicas y sicológicas de la población, generadas por el clima de inseguridad.

Nos encontramos con altos niveles de sufrimiento que no son atendidos y esto lo podemos ver en que la gente padece falta de sueño, llanto recurrente, estrés, problemas de comportamiento en los niños y tentativas de suicidio.

A nivel físico, son comunes los dolores de cabeza, de estómago y náuseas. No podemos aseverar que la gente tiene más diabetes por esto porque sería sesgado afirmarlo, pero sí tenemos claro que hay consecuencias físicas y sicológicas preocupantes.

Todo eso ocasiona una sensación de abulia y falta de energía en las personas, quienes malviven o padecen niveles de sufrimiento muy altos porque no tienen otra opción. Decir que se acostumbran es para hacernos sentir mejor a quienes no lo padecemos. Más bien tienen mecanismos de afrontamiento para poder seguir siendo funcionales.

Para ayudar a atender esta situación, el año pasado MSF dio 2 mil 312 consultas individuales y familiares en Acapulco y la región de Tierra Caliente, ademas de 732 intervenciones grupales que beneficiaron a 8 mil 346 personas, en las que participaron médicos y sicólogos sociales, tanto en hospitales como en clínicas móviles.

A decir de Rodríguez, la parte de salud mental es a lo que menos importancia se da en el país. En el presupuesto de la Secretaría de Salud sólo 2 por ciento va dirigido a ese rubro, con un monto reducidísimo para atención primaria. A eso súmale los contextos de violencia presentes en estados como Guerrero.

Sostuvo que el origen de la falta de atención a víctimas de violencia se explica por la falta de voluntad política, de personal capacitado y de recursos económicos. Hay que trabajar desde el nivel familiar más básico, hasta el político más alto, enfatizó.