Diseñada por la UNAM, tiene menor costo que las importadas
Sábado 27 de enero de 2018, p. 31
Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentaron ayer el primer prototipo portátil de termografía diseñado, construido y evaluado totalmente en México, que de forma no invasiva y en sólo dos minutos brinda información precisa del funcionamiento emocional de una persona.
Se trata de una cámara térmica infrarroja portátil llamada Ave Fénix, que pesa 300 gramos, se instala frente al paciente y sin entrar en contacto con él observa la actividad autonómica y nerviosa relacionada con procesos emocionales como estrés, relajación o dolor.
Los equipos comerciales de termografía con que cuentan algunos hospitales son de importación y cuestan hasta un millón y medio de pesos. El costo del aparato desarrollado por los expertos de la UNAM, en colaboración con la Universidad Autónoma de Querétaro, es de 15 mil pesos y podría reducirse a la mitad si se produce en serie.
En conferencia de prensa en la Facultad de Sicología, el líder del proyecto, Benjamín Domínguez Trejo, dijo que convencionalmente los especialistas emplean técnicas sicológicas, como mirar a los ojos a los pacientes, escucharlos y observar los cambios de su cuerpo. Con esta innovación damos un paso tecnológico, nos acercamos a la sicología de precisión, a medir con exactitud los cambios emocionales que se presentan en los pacientes
, afirmó el experto.
La cámara registra la radiación y el calor de un cuerpo: cuando se muestran colores rojos, las temperaturas son altas; si son azules, son bajas. En un paciente relajado se reduce el tono muscular, que produce vasodilatación y en consecuencia se incrementa la temperatura. Si está estresado por algún problema, un dolor o inflamación, el organismo produce vasoconstricción y la cámara detectará temperaturas bajas.
Esta tecnología, añadió el académico David Alberto Rodríguez Medina, puede ser útil en trastornos de dolor como fibromialgias, neuropatías o lumbalgias; así como en cáncer de mama, pie diabético, depresión, ansiedad y trastornos postraumáticos.
Domínguez expuso que al tomar una termografía es posible saber si hay actividad inflamatoria elevada. Eso es muy importante, por ejemplo, para los enfermos de cáncer, ya que los tratamientos no los benefician tanto si se encuentran en esa situación. Si se detecta que así está ocurriendo, les enseñamos a producir un estado de serenidad sin fármacos
.
A la posibilidad de incrementar la temperatura con estrategias sicológicas, no invasivas, se denomina plasticidad térmica. Cuando el paciente la tiene, hay mejor pronóstico clínico y podrá salir adelante. Si no logra modificar su temperatura, significa que necesita intervención especializada, remarcó Rodríguez.