México tiene que avanzar hacia un sistema único de salud. Sería lo ideal; no obstante tal como se encuentra en la actualidad, con diversas instituciones prestadoras de servicios, se han dado grandes muestras, las mejores de que funciona la articulación y coordinación entre ellas, afirmó el secretario de Salud, José Narro Robles.

En las campañas de vacunación, la aplicación de programas como los de salud reproductiva y planificación, e incluso en la atención de desastres, como ocurrió en los sismos del pasado mes de septiembre, se ha comprobado que la colaboración y el trabajo en unidad permite dar las respuestas necesarias, indicó.

El funcionario se refirió brevemente a este tema durante la presentación de la campaña Febrero, mes de la salud del hombre, que realizará el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).

Se debe reconocer que los servicios públicos de salud nacieron fragmentados y están orientados a atender a grupos de población específicos, con base en su condición laboral o de ciudadanía. En el primer caso, la seguridad social con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Issste, tienen bajo su responsabilidad la prestación de servicios a los trabajadores del sector formal de la economía de los sectores privado y público, respectivamente. El financiamiento es tripartita. Aportan trabajadores, patrones y el gobierno federal.

Del otro lado, están los servicios que atienden los padecimientos de las personas que no tenían los recursos económicos ni acceso a la seguridad social. Así nació el sistema nacional de salud a mediados del siglo pasado, recordó el funcionario al comentar sobre el planteamiento de Jorge Enrique Culebro, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, quien advirtió sobre el riesgo que entraña tener un sistema de salud fragmentado porque se dificulta la respuesta ante situaciones de emergencia.

En diversas ocasiones han existido proyectos para crear el sistema único o universal de salud en México. La más reciente al inicio de la actual administración, promovida por la Fundación Mexicana para la Salud, pero no prosperó. Entre otros, planteaba que existiera un organismo rector y diversos proveedores de servicios, a los que se pagaría con los recursos de un fondo único. Éste se integraría con un impuesto general que pagaría la población.

Ayer, José Narro destacó que en años recientes, por las acciones emprendidas para impulsar la portabilidad de servicios y la colaboración interinstitucional, el sistema de salud ha podido dar las respuestas necesarias ante situaciones diversas, incluidos los desastres naturales.