ara alcanzar un México seguro debemos empezar por garantizar alimentos, educación, salud y trabajo a quienes han sido apartados de los beneficios del desarrollo y no han tenido oportunidades de salir adelante.
Mi propuesta es simple: en primer lugar, dar nuevas oportunidades a quien nunca las ha tenido para demostrarle que, con estudios y trabajo, sí es posible salir adelante. En segundo lugar, poner todo el peso de la ley sobre los delincuentes para que no puedan escapar de la justicia.
¿Cómo poner un alto a los delincuentes? Vamos a quitarles su dinero, sus bienes y sus armas. Los corruptos y los criminales sabrán que el crimen no paga. Haremos que devuelvan lo que se han llevado. No sólo lo que esté a su nombre, sino también lo de sus prestanombres.
Necesitamos castigar, definir e investigar de igual forma a quien comete el mismo crimen en todo el país, sobre todo para quien comete un crimen de alto impacto: quien asesina, quien secuestra o quien violenta a una mujer. Si los criminales no respetan fronteras, la ley tampoco debe hacerlo. No puede ser que un mismo delito se defina de diferente manera en los códigos penales de estados vecinos. Tenemos que investigar los delitos y perseguir a los delincuentes con los mismos estándares de calidad, sin importar el lugar donde se desarrollen. Instauraremos la denuncia electrónica en los Ministerios Públicos para que la falta de tiempo y la desconfianza no impidan que los delitos sean reportados e investigados.
Para que actúen con profesionalismo y eficacia, nuestros cuerpos policiacos y agentes del Ministerio Público tendrán autonomía técnica para que así puedan en todos los casos investigar bien y a fondo, lo que les permitirá obtener pruebas plenas para inculpar y procesar a los delincuentes. Nos aseguraremos de que tengan un sistema integral con información suficiente para que puedan identificar y atrapar a los criminales. Hoy no existe un buen registro de vehículos, de teléfonos o de personas que permita identificar, encontrar y acusar a los criminales. Teniendo identificadas las características del criminal y del delito, no tendrán dónde esconderse. Le podremos dar seguimiento a cada caso y tener certeza absoluta de que se está haciendo justicia.
El éxito de cualquier institución radica en sus recursos humanos. Por eso necesitamos policías y agentes del Ministerio Público profesionales, bien entrenados, bien protegidos y bien pagados; policías no sólo en las calles sino también en el transporte público, con acceso a tecnologías modernas, como cámaras de seguridad en funcionamiento permanente.
Para forjar un México seguro necesitamos, en resumen, quitarle el acceso a dinero, bienes y armas a los delincuentes y a sus cómplices; tener un nuevo Código Penal que garantice igual castigo para el mismo delito en cualquier parte del país; así como un sistema integral de identificación y registro para que los criminales no tengan dónde esconderse. Requerimos también de cuerpos policiacos y de investigación profesionales y de los cuales podamos sentirnos orgullosos, además de asegurarnos de jamás tratar a los pobres como delincuentes, atendiendo las causas sociales de la delincuencia común. Vamos todos por la seguridad y justicia, todos por México.
* Precandidato de la alianza Todos por México a la Presidencia de la República