Jerusalén.

El vicepresidente estadunidense, Mike Pence, aseguró este lunes ante el Parlamento israelí, en medio de una ovación, que la embajada de Estados Unidos abrirá en Jerusalén a finales de 2019, pese a la condena de los palestinos, quienes boicotearon su visita, y el rechazo de la comunidad internacional.

Una docena de diputados de la coalición de partidos árabes, de 120 en total, comenzaron a gritar y a sacar carteles de protesta en los que proclamaron a Jerusalén como capital de Palestina, hasta que fueron expulsados de la Knesset (Congreso unicamaral de Israel), por los guardias de seguridad.

Cubierto de honores por los israelíes y duramente criticado por los palestinos y sus aliados, Pence llegó la noche del pasado domingo a Jerusalén para una estancia de 48 horas marcada por el anuncio del 6 de diciembre de Trump respecto del destino político de esta ciudad santa para judíos, cristianos y musulmanes.

En su discurso, plagado de metáforas bíblicas y celebrado por los congresistas judíos, Pence reiteró su exhorto a Palestina para reanudar las negociaciones de paz con Israel, suspendidas desde 2014.

Pence también sostuvo que Trump corrigió una injusticia de 70 años al declarar a la ciudad santa como capital israelí, no obstante la declaratoria de ilegalidad de la Organización de las Naciones Unidas desde 1967 que condena la anexión de Jerusalén a Israel.

El presidente Trump ordenó la mudanza de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, que es la capital de Israel, declaró Pence.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, elogió a la administración Trump, y aseguró que Israel nunca tuvo tanto apoyo de la Casa Blanca. Hablo en nombre de casi todo mundo, coalición y oposición reunidas, de la profunda gratitud del pueblo de Israel para el presidente Trump y usted mismo (Pence), por una decisión histórica que no olvidaremos jamás, agradeció el gobernante de ultraderecha.

Paralelamente, diputados árabes fueron expulsados del recinto al inicar una protesta durante el discurso de Pence; previamente los miembros de la coalición árabe habían acordado boicotearlo por la decisión de Washington de reconocer a Jerusalén como capital israelí.

Los mandos palestinos denunciaron rápidamente el discurso mesiánico del visitante estadunidense que, a su juicio, reflejó claramente que la administración Trump forma parte del problema y no de la solución al conflicto en la región.

En tanto, el presidente palestino, Mahmoud Abas, buscó sumar en Bruselas el respaldo político de los 28 estados de la Unión Europea, bloque al cual considera verdadero socio y amigo, y al que exhortó a reconocer rápidamente a Palestina como Estado independiente y nombrar a Jerusalén este como su capital.

Esta ruptura unilateral con décadas de la tradicional diplomacia estadunidense y con el consenso internacional provocó la ira del mundo árabe, musulmán y de los palestinos, quienes convocaron a manifestaciones y una huelga general para este martes.