abemus Francisco: La prensa sudamericana de las grandes empresas, católica y conservadora, recibió muy fríamente la gira del papa Francisco. El diario chileno El Mercurio, por ejemplo, calcula que millón y medio lo recibieron el jueves y le da muy poco espacio, al igual que La Tercera, que otorga a la gira un lugar secundario. En Perú, país muy católico, El Comercio concede amplio espacio al pontífice en su primera plana, pero pone también en ella a Vladimir Putin festejando la Epifanía ortodoxa con un baño invernal helado. La República, igualmente conservador, atribuye a la gira papal por su país poco más espacio que a la información sobre la fiebre amarilla en Río de Janeiro y Sao Paulo. El colombiano El Tiempo, por su parte, destaca sin opiniones propias que Francisco condenó la opresión a los indios amazónicos peruanos. La prensa de Bolivia, país vecino a Chile y Perú, que tiene una jerarquía católica muy conservadora, ni habla del viaje, al igual que la prensa ecuatoriana y la de Venezuela. Quien explica esta actitud de sus colegas sudamericanos es el diario argentino Clarín, que ataca al Papa publicando un artículo titulado La complicada gira de Chile. De aquellos Barros vienen estos lodos o lo que el Papa prefiere (no) ver. La nota sostiene que la presencia junto al papa de Barros, obispo de Osorno, vicario de las fuerzas armadas y presunto encubridor de curas pederastas, fue la causa principal de los problemas. “El fracaso de la etapa chilena –escribe Clarín– tiene muchos trasfondos y responsables, y el pontífice es claramente uno de ellos”. Además acusa a Francisco de ser utilizado por Nicolás Maduro y de respaldar el diálogo de ese gobierno con la oposición contra la opinión de la jerarquía católica venezolana. Solamente el diario argentino (y kirchnerista) Página 12 destaca el viaje de Francisco titulando su nota Un mensaje netamente franciscano. Un detalle: el Papa es argentino y tiene lazos políticos con la oposición a Mauricio Macri.

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Un año de trumpiadas: Clarín publica un artículo de Paul Krugman titulado El peor y el más tonto, cuya tesis consiste en que Trump tiene un entorno de gente igual a él que respalda. Krugman agrega que esa es la causa del éxodo de altos funcionarios del Departamento de Estado y de la Agencia de Seguridad Nacional. Termina afirmando: “Pasamos dos siglos para hacer una nación grande y hasta un ‘genio muy estable’ quizá necesite un par de años para completar su ruina”. La Nación, de Buenos Aires, publica un artículo que titula: “Gaffes, insultos y exabruptos: los trumpismos del presidente mes a mes”. El colombiano El Espectador califica a Trump de huracán misógino, deshonesto y arrogante, y dice que sembró las semillas de una revolución que busca sacarlo de la Casa Blanca.